Londres, 2 Nov (El Informador).- Actor elegante y polifacético, pero sobre todo primer y para muchos «mejor James Bond de todos los tiempos», el escocés Sean Connery, murió a los 90 años, desatando un alud de homenajes a «uno de los verdaderos grandes del cine».
Designado por la revista People como «el hombre vivo más sexy», el legendario artista británico murió durante la noche rodeado de sus familiares en las Bahamas.
«Habrá una ceremonia privada seguida de un memorial en una fecha por determinar una vez que haya terminado la pandemia», anunció su familia.
La estrella, que se retiró del cine en 2003, había dividido sus últimos años entre las Bahamas, el sur de España y Estados Unidos.
Sin embargo, su estado de salud le impedía cada vez más viajar. Incluso cuando la justicia española lo citó a declarar en el marco de una investigación por corrupción urbanística que implicaba una de sus antiguas propiedades en la ciudad andaluza de Marbella.
«No estaba bien desde hace algún tiempo», dijo su hijo Jason Connery a la BBC.
Quienes, como Daniel Craig, siguieron sus pasos en la piel de «007» encabezaron los homenajes a la leyenda.
Era «uno de los verdaderos grandes del cine», afirmó este actor cuya última película como «James Bond», «Sin tiempo para morir», tiene a los fans en ascuas tras dos aplazamientos de su estreno, ahora hasta abril, debido a la pandemia de coronavirus.
«El ingenio y el encanto que desplegó en la pantalla se podían medir en megavatios», afirmó Craig.
Sean Connery y Roger Moore «fueron amigos durante muchas décadas y Roger siempre sostuvo que Sean era el mejor «James Bond» de todos los tiempos», afirmó una cuenta oficial mantenida en Twitter en nombre de Moore, fallecido en 2017, cuarto en dar vida al famoso espía inglés.
Dio vida al fraile «Guillermo de Baskerville», un detective medieval claramente inspirado en «Sherlock Holmes», en la adaptación cinematográfica de «El nombre de la rosa» y encarnó al padre de «Indiana Jones» en «La última cruzada».
Pero para todos quedará en el recuerdo vestido de esmoquin, con un martini o una pistola en una mano y una bella mujer en la otra como el elegante agente al servicio de su majestad, al que encarnó por primera vez en «Doctor No» en 1962 y en seis ocasiones posteriores.
«Fue y quedará siempre en la memoria como el James Bond original, cuya entrada indeleble en la historia del cine comenzó cuando pronunció estas inolvidables palabras: ‘Mi nombre es Bond … James Bond'», afirmaron los productores de la saga Michael Wilson y Barbara Broccoli.
«Revolucionó el mundo con su ingenioso retrato del sexy y carismático agente secreto», en su caso de marcado acento escocés.
Y afirmaron estarle «eternamente agradecidos» porque «él es sin duda en gran parte responsable del éxito de la serie de películas».
Solo su defensa del controvertido proyecto independentista en su Escocia natal molestó a algunos y, según se dice, retrasó hasta 2000 su reconocimiento por la reina Isabel II como Sir.
«Nuestra nación llora a uno de sus hijos queridos», afirmó la primera ministra escocesa, la independentista Nicola Sturgeon, asegurando que «era una leyenda internacional pero primero y ante todo un escocés patriota y orgulloso».
Thomas Sean Connery nació el 25 de agosto de 1930 en el seno de una familia sin recursos de las afueras de Edimburgo y toda su vida luchó por salir de la pobreza.
Dejó la escuela muy pronto. A los 16 años se unió a la Marina y cuando volvió a la vida civil trabajó como profesor de natación, albañil, camionero, repartidor de carbón, guardaespaldas y pulidor de ataúdes.
También se dedicó al fisicoculturismo, antes de embarcarse en una carrera como actor por la que quedará para siempre en los anales de la gran pantalla.