Una mujer proveniente de Pensilvania que desapareció hace 31 años fue encontrada viviendo en un asilo para ancianos en Puerto Rico, luego de que la habían declarado legalmente muerta.
Se trata de Patricia Kopta, quien dejó a su marido y hermanos y durante un tiempo estuvo vagando por el norte de Puerto Rico, antes de ser llevada en calidad de persona “necesitada” a la residencia para adultos mayores en 1999, según una conferencia de prensa en Ross Township, donde vivía en su momento.
Kopta, conocida como una predicadora de la calle en su ciudad natal, al comienzo mantuvo su pasado en secreto durante su estancia en Puerto Rico; sin embargo, a medida que padecía de demencia, empezó a revelar detalles, explicó el jefe adjunto de la policía de Ross Township, Brian Kohlhepp.
En 2022, un trabajador social de la residencia tenía información suficiente para alertar a las autoridades de su país sobre la mujer, que ahora tiene 83 años. Una prueba de ADN ha confirmado su identidad, mencionó Kohlhepp.
Su esposo, Bob Kopta, y su hermana de 78 años, Gloria Smith, explicaron detalles de la vida de Kopta en la conferencia de prensa y en entrevistas telefónicas.
La mujer había recibido el apodo de “El Gorrión” por su complexión delgada y a menudo frecuentaba estacionamientos y carreteras concurridas en la comunidad, especialmente residencial de unos 31 mil habitantes al norte de Pittsburgh, donde advertía a los transeúntes y a los automovilistas sobre el fin del mundo.
No obstante, antes de comenzar a predicar, Kopta era una estudiante sobresaliente quellegó a ser modelo e instructora de baile. Después de graduarse de la secundaria, trabajó en el área de finanzas en una empresa de placas de vidrio de Pittsburgh y asistía semanalmente a eventos de baile de salón, según su familia.
Kopta empezó a predicar y fue ingresada brevemente a una institución luego de que los médicos le diagnosticaron “delirios de grandeza” y concluyeron que presentaba signos de esquizofrenia. Una vez liberada, siguió predicando hasta que desapareció en 1992.
Luego de siete años de su desaparición, Kopta fue dada por muerta, y se obtuvo un acta de defunción.
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