Los oficios hipermasculinos comienzan a aceptar la presencia de mujeres gracias a la persistencia de pioneras que abren brecha y diversifican la oferta laboral.
Hace 30 años, el territorio mexicano carecía de muchas de sus principales conexiones terrestres, hoy indispensables para la movilidad. Los vehículos, específicamente los de carga, representaban titanes motorizados que solo los más diestros eran capaces de domar.
La imagen del trailero en la cultura mexicana evoca una serie de atributos, siendo el sexo el primero de ellos: solo los hombres manejan camiones. Esto cambió el día que Miryam Lilian, mejor conocida como la Pipera, dejó sus estudios de medicina para perseguir una afición que venía de familia. Eventualmente, se convirtió en la primera mujer en el mundo responsable de manejar un doble remolque de desechos químicos.
Su historia y la de otras siete traileras fue recuperada por Miguel Pérez Camacho en el compendio fotográfico Reinas de la 57. Según el autor, todas comparten la fascinación por los camiones, pero también los estigmas por razón de género. “Algunas traen lo camionero en la sangre; otras, no. [Todas] vienen de un entorno machista y se meten a otro que, a día de hoy, no termina de aceptarlas”, aseguró en un conversatorio para la Ibero Puebla.
Miryam y sus compañeras son mujeres con gran fortaleza física y emocional. El libro captura cómo las camioneras se anteponen a un entorno que las ha rechazado históricamente: personalizan sus unidades, las tunean y hacen de ellas una extensión de sí mismas. Miguel Pérez valoró la experiencia de retratar los tráileres como una apertura a la intimidad de las reinas. “Sus camiones son su primer hogar. Ahí pasan más tiempo que en sus casas”.
El volante se mueve de forma diferenciada. Ellas no pueden hacer muchas paradas, viajar por zonas poco concurridas o hacer recorridos nocturnos prolongados sin poner en riesgo su integridad. La infraestructura del autotransporte de carga también está pensada para los hombres: no hay espacios femeninos para aseo personal, descanso o comida.
Al entrevistarse con los jefes de las camioneras, Pérez Camacho constató que todos coinciden en que sus trabajadoras ofrecen un servicio destacado y merecedor de diferentes bonificaciones. “Al saber que estas mujeres pueden trabajar, las empresas les están abriendo mayores oportunidades”, destacó el fotógrafo. En contraste, las respuestas de los colegas choferes rompe con cualquier idilio. “Ni siquiera sabíamos que existían estas mujeres”.
Reinas de la 57 se ha convertido en una plataforma internacional para visibilizar el trabajo de las mujeres en oficios hipermasculinos. El proyecto fue seleccionado en la categoría “Fotografía documental profesional” de los Sony World Photography Awards. También ha tenido impacto en las vidas de las protagonistas: recientemente, una de ellas fue nombrada trailera máster y es responsable de atraer a nuevas conductoras.
México tiene un déficit de conductores de tractocamienoes. Si bien la inclusión de las mujeres en este oficio todavía se antoja remoto, Miguel Pérez encuentra en la inclusión laboral una oportunidad única para solventar esta necesidad, especialmente en una ruta de 1,295 kilómetros de extensión. “Los hombres que antes no las saludaban están viendo que ellas se han ganado un lugar con su trabajo. Ya empiezan a aceptarlas”.