Una nueva asociación de deportistas, con origen anglosajón pero vocación universal, ha levantado la voz para exigir cambios inmediatos en un ‘statu quo’ que no favorece «a los que llenan los estadios y captan audiencias y patrocinadores».
La protección ante el acoso, un sistema antidopaje más eficaz y la participación en el reparto de los beneficios olímpicos son algunas de las reivindicaciones del nuevo grupo denominado «Global Athlete», que ha suscitado en cuestión de horas el recelo de la Comisión de Atletas del Comité Olímpico Internacional (COI).
Para estos, es «decepcionante» que se dé a entender que ellos, por ser parte del sistema, no se preocupan de los deportistas.
«Global Athlete», con más de 600 seguidores en su cuenta de Twitter en menos de 48 horas, presume de ser «completamente independiente de gobiernos y organizaciones deportivas y agencias nacionales antidopaje».
Está financiada por FairSport, una organización sin ánimo de lucro que da amparo a los deportistas que delatan irregularidades, y ha designado al canadiense Rob Koehler como director general de este «movimiento por el cambio liderado por los deportistas».
Un ciclista campeón olímpico para reclutar aliados
Entre los líderes de la nueva agrupación figura el ciclista británico Callum Skinner, campeón de esprint por equipos y subcampeón individual en los Juegos de Río 2016, que será el encargado de movilizar a los deportistas y sumarles a la causa.
Skinner considera que hay que «poner el deporte en el siglo XXI» y pelear por aspectos como «el bienestar social, el acoso, asegurarse de que los deportistas obtienen ciertos ingresos olímpicos o premios en metálico, un sistema antidopaje más sólido o una mayor representación en los órganos de gobierno».
Se requiere, dijo en el manifiesto constituyente, «una organización democrática, representativa y en contacto con la sociedad.
La comisión de atletas del COI, en guardia
La reacción de la Comisión de Atletas del COI fue casi inmediata, con un comunicado en la cuenta de twitter @Athlete365 (no en la cuenta del COI) en el que señaló que los primeros datos sobre Global Athlete dejaban «muchas preguntas sin responder sobre su universalidad, responsabilidad y financiación».
«Es decepcionante que este grupo parezca creer que ninguno de nosotros se preocupa de los deportistas y que ninguno hace un buen trabajo a favor de ellos si somos parte del Movimiento Olímpico», subrayó.
«No creemos que, como deportistas, debamos diferenciarnos entre occidentales u orientales, ricos o pobres. Cuando entramos al campo de juego no juzgamos a los otros por el lugar del que vienen o la religión que practican. ¿Por qué seríamos mas eficaces en la representación de los deportistas si solo procedemos de una parte específica del mundo o solo escuchamos un punto de vista?», se preguntaron los deportistas bajo el paraguas del COI, a los que preside la exnadadora zimbabuesa Kirsty Coventry.
«Los representantes de los deportistas del COI son democráticamente elegidos por sus compañeros de los 206 comités olímpicos nacionales», añadieron en alusión a las votaciones que se convocan en la Villa Olímpica durante cada edición de los Juegos. «Nuestras muchas diferencias y nuestros muchos puntos de vista nos hacen más fuertes si estamos juntos».
Pero entre los apoyos recibidos por el nuevo grupo figuran nombres significativos como el de la canadiense estadounidense Beckie Scott, dos medallas olímpicas en esquí de fondo y presidenta de la Comisión de Atletas de la AMA.
«Muy inspirador, una plataforma fresca y nueva a favor de la voz y los derechos de los deportistas», dijo Scott, que recientemente declaró que se había sentido «denigrada» por los dirigentes olímpicos en las reuniones en las que hablaba en nombre de los deportistas.
También la británica Paula Radcliffe, plusmarquista mundial de maratón, y la agencia estadounidense antidopaje, USADA, han celebrado la aparición de ‘Global Athlete’.
«Si los rumores sobre una nuevo movimiento internacional de deportistas son ciertos, es algo muy esperado y una gran noticia para el mundo de los atletas», manifestó el organismo norteamericano.
Para Ander Mirambell, «seguro que los que están en la Comisión del COI cumplen muy bien su trabajo», pero el problema es «si la información llega a todos».
«Seguro que el COI capta el mensaje y dice a los suyos que hay que ponerse las pilas», aventuró.