Necesario hablar de las conquistas más allá de la mexica: Marina Anguiano Fernández

Para las y los especialistas que estudian el pasado y el presente de las comunidades indígenas de México, es erróneo hablar de una sola conquista, pensando solo en el violento choque ocurrido en Tenochtitlan hace poco más de 500 años, ya que el siglo XVI fue el inicio de múltiples procesos de dominación europea y, posteriormente, mestiza, sobre diversos pueblos originarios de nuestro país, algunos de los cuales continúan, incluso, en la actualidad.

Uno de esos enfrentamientos, rememorado por la etnóloga del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), Marina Anguiano Fernández, tuvo su origen en una leyenda surgida en la primera exploración hispana en la llanura costera y la altiplanicie de Nayarit, ocurrida en 1524, ante la ambición española por encontrar a las míticas amazonas.

Tal creencia, explica la investigadora de la Dirección de Etnología y Antropología Social del INAH, instancia de la Secretaría de Cultura federal, llevó a un primer contacto entre los indígenas de dicha región, asentados en los señoríos de Sentispac y Aztatlán –cercanos al actual municipio de Santiago Ixcuintla–, y los hombres al mando de Francisco Cortés de San Buenaventura, primo de Hernán Cortés.

Esa expedición, realizada sin grandes combates, permitió a Francisco Cortés nombrar encomenderos, instruir a indígenas aliados en la fe cristiana y crear documentos como el denominado Visitación, fechado en 1525, el cual sería uno de los censos más tempranos de la Nueva España.

No obstante, agrega la investigadora, solo unos años después, de 1530 a 1532, ocurrió un enfrentamiento marcado por su violencia y crueldad, cuando el conquistador Nuño de Guzmán recorrió el occidente del temprano virreinato acompañado de tropas indígenas como las de los tlaxcaltecas, según se sabe por los escritos de Guzmán y documentos indígenas como el Lienzo de Tlaxcala.

“Tanto Guzmán como Hernán Cortés buscaron mostrar a la Corona la primacía de haber conquistado esta región, poniendo como evidencia textos como Visitación; sin embargo, a los dos se les harían juicios de residencia en España y la autoridad de ambos en el virreinato sería finalmente reemplazada por la de los virreyes y las audiencias de la Nueva España y la Nueva Galicia”.

De acuerdo con la autora de Nayarit, costa y altiplanicie en el momento del contacto (1992), los siglos subsecuentes presenciaron la desaparición de distintos grupos indígenas como los tecuales y los zayahuecos, además de otros que habitaban en el área nayarita que hoy colinda con Jalisco, como los tecoxquines y los caxcanes.

Anguiano Fernández agrega que, a su juicio, la dificultad que tuvieron las autoridades virreinales para adentrarse en regiones aisladas y peligrosas, dada la belicosidad con la que se defendían los grupos indígenas, ha extendido los procesos de conquista y de evangelización hasta el día de hoy.

Por ello, destacó la importancia de hacer hincapié en otras historias y procesos de dominación, más allá de lo ocurrido con los mexicas, “evitar centralizar las discusiones y conmemoraciones, lo mismo que pensarlos como procesos ya concluidos, permitirá implementar acciones para preservar tales herencias en conjunto con las comunidades, y despertar el interés en nuevas generaciones de historiadoras e historiadores.

“Necesitamos ampliar las perspectivas en los estudios y trabajar más junto con las comunidades originarias de nuestro país”, concluye la etnóloga al señalar la importancia de mantener los estudios hacia las cuatro grandes culturas indígenas que hoy perviven en Nayarit: wixárika, cora, o’dam (tepehuanos) y mexicaneros o nahuas de occidente.

marzo 9, 2022 - 5:30 pm

Por: Staff

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