En México, 11 mujeres son asesinadas cada día. Entre enero y septiembre del año en curso, se han registrado 704 casos de feminicidio, lo que supone un aumento del 71% desde 2015.
Nombrar simboliza un acto de conciencia, memoria y justicia. Traducir las frívolas estadísticas en nombres de pila y apellidos constituye un acto amoroso que trasciende las cifras y las transforma en historias que, en este caso, fueron cortadas de tajo por la violencia machista.
En el marco del Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, la Ibero Puebla realizó un pase de lista de las 57 víctimas de probables feminicidios en la entidad en lo que va del año. El acto honró la vida de todas las mujeres asesinadas por razones de género, y sumó a la Comunidad Universitaria a la exigencia para que el Estado cumpla con sus obligaciones.
En su mensaje de apertura, Rosario Arrambide González, directora del Instituto de Derechos Humanos Ignacio Ellacuría, SJ (IDHIE) de la Universidad Jesuita, precisó que la memoria a través de un pase de lista tiene por objeto “exigir a las autoridades la urgencia de adoptar medidas estatales para atender y erradicar la violencia contra las mujeres y los feminicidios como máxima expresión de esta violencia perpetrada”.
Desde el IDHIE, a través del Observatorio de Violencia Social y de Género (OVSG), se han documentado 57 probables feminicidios (corte al 15 de noviembre), en contraste con los 40 registrados por el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública.
Existe un aumento sistemático de la violencia de género en Puebla en los últimos cinco años. Pese a que en aquel entonces ya se había activado la alerta de género en una fracción del estado, 2017 fue el año con más feminicidios, con 106 casos. De manera sucesiva, en los últimos dos años se documentaron 79 asesinatos a mujeres por razones de género.
Historias
La violencia constituye un obstáculo para la igualdad, el desarrollo y el bienestar de las mujeres. Los feminicidios, la mayor expresión de violencia contra la mujer, son una fractura del Estado de derecho que favorece la impunidad, pues suceden de manera progresiva y sistemática bajo un contexto de permisividad y violencia patriarcal. De ahí la importancia de escuchar las historias.
Angie Michelle tenía 19 años cuando fue asesinada el 12 de julio en San Andrés Cholula. Fue agredida con objetos punzocortantes por conocidos suyos al llegar a una reunión y después de negarse a entregar su celular. Entre los ocho agresores se encontraban su expareja y dos amigos de ella. La Fiscalía catalogó el caso como homicidio.
Gardenia y Dayan, madre e hija, fueron obligadas a subir al auto de la expareja de Gardenia, relación iniciada por coerción. Ambas fueron halladas sin vida el 11 de junio en Santa María Nenetzintla, Acajete. “En 2019, el 16% de los feminicidios íntimos fueron cometidos por la expareja sentimental de la víctima”, indicó el OVSG en un informe.
Samantha, mujer transgénero de 23 años, fue perseguida, derribada y atropellada por una motocicleta en Atlixco el 20 de agosto. Eliber Andrea recibió tres disparos por parte de su exesposo el 19 de junio en Atencingo. Cuando se le señaló como responsable del asesinato, argumentó que ella “le quería quitar a su hijo” y que “sentía celos de su nueva relación”.
Acto de memoria
Colaboradoras, estudiantes y egresadas de la Ibero Puebla dieron marcha al pase de lista de las víctimas de probables feminicidios con base en el conteo hemerográfico realizado por el OVSG, el cual parte de las razones de género establecidas en el Código Penal del Estado de Puebla.
De acuerdo con el artículo 338 de dicho instrumento, el feminicidio se considera como tal si: el sujeto activo lo comete por odio a las mujeres y celos extremos; existen lesiones o mutilaciones degradantes, violencia sexual, actos de necrofilia, tormentos o tratos crueles, inhumanos o degradantes, y si existen antecedentes o datos de violencia familiar, laboral, escolar o cualquier otro tipo, entre otros factores.
Tras un minuto de silencio, Ana Laura Gamboa Muñoz, responsable del OVSG, deseó que el control sobre los cuerpos, la misoginia, los roles, el patriarcado y el amor romántico no signifique más violencia para las mujeres. “Que la luz de las veladoras que hoy encendemos nos recuerde que, mientras esté prendida la llama colectiva, las vidas no se olvidan”.