No fue mal de Parkinson lo que propició el suicidio de Robin Williams
Mucho se dijo que Robin se suicidó en 2014 por recaer en una vieja adicción o por una fuerte depresión debido a que le diagnosticaron mal de Parkinson. Su esposa y su hijo revelaron que el actor, en efecto, estaba muy deprimido, pero no tenía Parkinson, tenía otra enfermedad.
El actor Robin Williams, fallecido a los 63 años, fue mal diagnosticado con enfermedad de Parkinson en 2012, dos años antes de suicidarse el 14 de agosto de 2014.
El comediante más importante de Hollywood, Estados Unidos, había dejado varias incógnitas sobre el porqué de su decisión de quitarse la vida, las cuales su esposa Susan Schneider y su hijo Zak han despejado.
“Lo que le pasaba a mi papá no coincidía exactamente con las experiencias de muchos pacientes de Parkinson, así que, creo, eso fue difícil para él”, contó Zak en el podcast The Genius Life, del periodista especializado en ciencia y salud Max Lugavere.
De acuerdo con La Nación, de Argentina, se habló acerca de que Robin sufría una fuerte depresión o que había tenido una recaída a viejas adicciones, pero no fue sino el diagnóstico de un mal, que no era el de Parkinson, lo que lo llevó a quitarse la vida.
Cuerpos de Lewy
Se trataba de una enfermedad neurodegenerativa llamada Demencia con cuerpos de Lewy (LDB) que había transformado su vida para mal y por completo.
Su viuda, Susan Schneider, y uno de sus hijos, Zak, decidieron desmentir las falsas noticias sobre su muerte y alertar sobre esa poco conocida enfermedad.
Narraron que Williams sufría pérdida de la memoria, paranoias, ataques de ansiedad y alteraciones, sin tener un diagnóstico real sobre lo que le pasaba.
Zak dijo que el diagnóstico erróneo del Parkinson dejó “incómodo y frustrado” durante sus últimos años a su padre, ganador del Óscar por En busca del destino.
Consideró que los errores de la información médica sobre su salud y los medicamentos erróneos para su padecimiento pudieron haber “exacerbado la situación”.
Mal insoportable
Contó también que la enfermedad mental que padecía obstruía sus capacidades de memoria y su característica como actor: la improvisación; el actor no pudo soportarlo.
Un ejemplo, dijo su esposa Susan, fue el ataque de pánico que padeció por no recordar la letra de sus guiones. Susan, quien habló para el documental de los últimos años de Williams El deseo de Robin, detalló que Robin le llamó un día, cuando filmaba la tercera parte de Una noche en el museo, en la que interpretó al presidente Teodoro Roosevelt.
“No podía calmarse. Estaba atravesando un ataque de pánico porque no podía recordar unas líneas de su libreto. A veces le costaba recordar una línea del diálogo.
“Ese no era un problema que tuviera antes, porque era una persona con la mente más ágil que podías conocer, así que esa situación debe haber sido muy perturbadora para él”, añadió Susan, en entrevista con el diario británico The Guardian.
Contó su respuesta tras la autopsia, cuando le preguntaron si le sorprendía que Williams tuviera cuerpos de Lewy en todo el cerebro y en el tronco cerebral.
“Yo no sabía que eran los cuerpos de Lewy, pero dije: ‘No me sorprende’. El hecho de que algo se hubiera infiltrado en cada parte del cerebro de mi marido daba sentido a su comportamiento”, indicó.
Proceso