Canadá aceptó firmar un tratado comercial entre Estados Unidos y México, preservando el carácter trilateral del pacto que ahora se denominará Acuerdo entre Estados Unidos-México-Canadá (USMCA, por sus siglas en inglés), confirmaron esta noche las partes.
El acuerdo «fortalecerá a la clase media y creará buenos empleos y bien remunerados y nuevas oportunidades para los casi 500 millones de personas que llaman hogar a América del Norte», dijeron en una declaración conjunta el representante comercial de Estados Unidos, Robert Lighthizer, y la canciller candiense Chrystia Freeland.
«Esperamos con ansias profundizar aún más nuestros estrechos vínculos económicos cuando entre en vigor este nuevo acuerdo», destacó la declaración.
El pacto tiene un nuevo nombre: «Acuerdo entre Estados Unidos, México y Canadá (USMCA)» en lugar de Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), que está vigente desde enero de 1994.
La administración del presidente Donald Trump llegó a un acuerdo con México el mes pasado sobre el TLCAN y había amenazado con expulsar a Canadá del pacto si no aceptaba concesiones como la apertura de su mercado de lácteos a los productores de Estados Unidos.
El acuerdo entre los gobiernos de Washington y Ottawa fue alcanzado de último minuto antes de la fecha límite autoimpuesta de la medianoche de este domingo.
La Casa Blanca había fijado una fecha límite del 30 de septiembre para publicar el texto de su nuevo acuerdo comercial con México.
El pacto alcanzado esta noche permitiría al sector agropecuario estadunidense tener un mayor acceso al mercado lácteo de Canadá y se podrá abordar el tema de las preocupaciones sobre las posibles tarifas al sector automotriz.
Los negociadores de Estados Unidos cedieron a las demandas de Canadá de no eliminar un sistema de solución de diferencias arancelarias independiente. Mantener eso fue una gran concesión de Estados Unidos y un cambio para lo acordado con México.
La administración de Trump planea enviar el nuevo acuerdo al Congreso, comenzando un período de revisión de 60 días y después firmarlo. El Congreso puede sugerir cambios durante ese tiempo.