El rector de la Ibero Puebla, acompañado por testimonios de toda la Comunidad Universitaria, ofreció un diagnóstico de la realidad y cómo la Institución ha respondido a ella.
Mario Patrón Sánchez, rector de la Ibero Puebla, reconoce que para transformar las estructuras de dominación del mundo es necesario desmontar la cultura estamental presente en la sociedad, incluidas las universidades. Fue así que su Segundo Informe de Actividades constó de un amplio balance de la realidad pandémica que fue acompañado por la voz de académicos, profesores, administrativos y estudiantes a través de diversos materiales testimoniales.
En 2020, los embates de la emergencia sanitaria condujeron a una rendición de cuentas virtual. Este año, Patrón Sánchez centró su exposición en una realidad todavía convulsa, su severidad sobre grupos vulnerables y cómo, desde el quehacer universitario, se ha contribuido a comprenderla y modificarla con miras a construir sociedades más justas.
En el ir y venir pandémico de los últimos meses, la IBERO Puebla se ha establecido como una fuente de opinión crítica y análisis meticuloso de un fenómeno que se ha cobrado más de 235,000 vidas en nuestro país. A este desastre sanitario se ha sumado como efecto secundario el aterrizaje de millones de personas en las métricas nacionales de pobreza.
Como observó el titular de Rectoría, la desigualdad prevalece como un problema medular: según indicadores prepandémicos del IMCO, el 70% de los mexicanos pobres nunca podrá abandonar dicha condición. Se trata de una situación que impacta particularmente a mujeres, grupos indígenas y personas de la diversidad sexogenérica.
Al respecto, consideró que las acciones del presidente Andrés Manuel López Obrador para garantizar mejores condiciones de vida no han sido eficaces y, probablemente, no lleguen a serlo. Aunque reconoció los esfuerzos para desmantelar algunos sistemas de privilegios, el presidente “se ha anclado en una lectura simplificadora y adversarial del país en la que ha quedado atrapado no sólo el jefe del Ejecutivo sino la clase dirigente del país”.
Educación transformadora
Frente a este contexto social, político, económico y sanitario, la Universidad Jesuita basó sus prioridades estratégicas en tres rubros de acción: el cuidado de la salud integral de la Comunidad; la procuración de una calidad académica socialmente pertinente; y la protección de la viabilidad económica del proyecto educativo.
A través de sus oficinas especializadas, la Ibero Puebla diseñó una ruta de tránsito hacia la educación y el trabajo virtuales. Con base en sondeos de las necesidades específicas, el profesorado reforzó sus competencias tecnopedagógicas a través de capacitaciones, tutoriales y manuales diseñados para trasladar la excelencia académica a los hogares.
Lo propio ocurrió con las actividades extracurriculares, de investigación y de pertinencia social. Mientras que el teletrabajo impulsó el desarrollo de más de 800 eventos formativos y 16 proyectos de investigación para convocatorias nacionales e internacionales, la Universidad coordinó 35 proyectos de incidencia en sectores prioritarios con la participación de estudiantes y colaboradores.
Los institutos de Derechos Humanos y de Investigaciones en Medio Ambiente mantuvieron el dedo en el renglón en temas coyunturales desde sus respectivos campos de acción. El primero, acompañando el desarrollo de una ley estatal de desapariciones; el segundo, trabajando de cerca junto a grupos comunitarios para la defensa de los territorios, particularmente de la cuenca del río Atoyac.
Todo el trabajo presencial y virtual fue circunscrito en una extensa serie de medidas para contener al coronavirus y sus efectos. La creación de comisiones y subcomisiones permitió construir las líneas específicas de acción para garantizar la salud integral en el proceso de retorno seguro al campus.
La Universidad Jesuita también se aseguró de formar a su Comunidad en la cultura del cuidado. A través de capacitaciones y diversos recursos comunicacionales, colaboradores y estudiantes conocieron los nuevos protocolos de bioseguridad, desde un sistema virtual de automonitoreo diario hasta la habilitación de 40 salones para impartir clases híbridas con streaming.
Entre las medidas de apoyo y mantenimiento de la viabilidad financiera destaca el apoyo a estudiantes con dificultades financieras provocadas por la COVID; la renovación automática de todos los apoyos financieros para alumnos inscritos en el periodo Primavera 2021, y la creación del primer fondo de becas para procurar la sostenibilidad económica de alumnos y de la propia institución.
Lo que sigue
En el marco del Año Ignaciano declarado por la Compañía de Jesús, Mario Patrón refrendó el compromiso institucional de las universidades jesuitas de encarnar una propuesta educativa contracultural. Esto implica, explicó: “la superación de aquellas pautas culturales que aún persisten en la vida de las instituciones universitarias; especialmente el patriarcalismo y la recurrencia al pensamiento normativo”.
Acciones como el fortalecimiento de la Procuraduría de Derechos Universitarios, así como la instalación de la Comisión de Igualdad de Género, dan cuenta del llamado a cambiar los modelos hegemónicos hacia paradigmas basados en la colaboración, la reconciliación y el cuidado comunitario.
Patrón Sánchez, quien llegó a la Rectoría en mayo de 2019, cerró su segundo ejercicio de rendición de cuentas con un mensaje de gratitud hacia la Comunidad Universitaria. “Gracias a todas y todos por haber hecho posible que continuáramos ofreciendo ininterrumpidamente un servicio educativo pertinente y de calidad a nuestros estudiantes y a la sociedad […] cuidando de sí mismos, de los otros y de la institución”.
El Informe de Actividades de Mario Patrón Sánchez contó con la presencia de Rosario Orozco Caballero, directora del DIF Puebla; Melitón Lozano Pérez, secretario de Educación local; América Rosas Tapia, subsecretaria de Educación Superior, y el arzobispo poblano Víctor Sánchez Espinoza, así como de representantes de universidades aliadas y del propio Sistema Universitario Jesuita (SUJ).
Por parte de la Comunidad Ibero Puebla asistieron los integrantes de las juntas Jesuita y de Gobierno, representantes de los patronatos, los integrantes del Consejo de Rectoría, parte del cuerpo docente y un comité de egresados y de los Consejos Estudiantiles Representativos (CER).