Ganador del Premio Cervantes, narrador y ensayista, Carlos Fuentes sigue dejando una huella muy honda en la Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara, institución de la que fue amigo cercano y que el lunes le organizó un homenaje a diez años de su muerte, acaecida el 15 de mayo de 2012.
Como parte de ese homenaje al autor de Aura y Terra Nostra, el Salón 4 de la Feria recibió a amigos y lectores quienes se reunieron para recordar su legado. En la sesión estuvo presente Silvia Lemus, quien fue esposa del escritor, y escuchó cómo fue dibujándose la personalidad de Fuentes con las anécdotas y los libros por él escritos, a cargo de cinco autoras y autores quienes fueron moderados por Jovany Hurtado.
La primera en tomar la palabra fue Consuelo Sáizar, quien sorprendió a la audiencia con una anécdota que el propio Fuentes le narró en 2010, y que describió con claridad cómo es que se convirtió en un escritor profesional.
“Empezaré con una anécdota que Silvia (Lemus) conoce bien y que se desarrolló aquí, en la FIL Guadalajara, en noviembre de 2010, cuando en una cena comenté con Fuentes Los laberintos del poder. El reclutamiento de las élites políticas en México 1900-1971, en el que Peter Smith da la fórmula que prevaleció durante el priismo para llegar a ser presidente de México: uno, estudiar derecho; dos, estudiar derecho en la UNAM; tres, ser secretario particular de un profesor que ya se encontrara trabajando en el gobierno, priista, por supuesto, y al cual se le adivinara un futuro promisorio”, leyó Sáizar durante su participación.
“Fuentes me escuchaba con su atención y cortesía características, cuando de repente me dijo ‘El autor, Consuelo, describe a mi generación. Verá usted, no sé si lo sepa, pero en la última clase que cursé de la carrera de derecho de la UNAM, mi profesor de constitucional, el entonces muy joven José Campillo Sáenz, me pidió que permaneciera en el salón ya que hubieran salido todos mis compañeros de clase, y me propuso entonces ser su secretario particular (la tercera condición), casi no lo dejé terminar, lo interrumpí’, me dijo Fuentes, para luego decirle: ‘Muchas gracias, maestro, me siento profundamente halagado por su propuesta, pero, sabe usted, yo he decidido ser escritor’”.
Quien sí aceptó el puesto que le ofrecían a Fuentes fue un joven Miguel de la Madrid Hurtado, quien a la postre sería presidente de México, de 1982 a 1988. El libro del que habló Sáizar fue La región más transparente.
El segundo turno de la noche fue para Alberto Manguel, quien habló de Fuentes desde la perspectiva de Aura. “Yo creo que un tema esencial en la obra de Fuentes es el amor y la figura que encarna el amor a lo largo de toda la obra de Fuentes es Silvia Lemus, entonces, él toma esa experiencia privada y la transforma mil veces en su obra”, consideró Manguel.
Terra Nostra, una novela entre novelas, fue analizada por Jorge Volpi, quien la llegó a comparar con un abismo negro. “Si una novela de Fuentes intenta llevar a sus últimas consecuencias esta voluntad demoniaca de provocar e intervenir en el destino de sus personajes es Terra Nostra, la que a mí me parece la más osada, la más valiente, la más vigorosa muestra de su obra”, comentó Volpi.
El terreno de los ensayos le correspondió, en primer lugar, a Cristina Rivera Garza, quien habló del libro Myself With Others, escrito en inglés y que le valió críticas a Fuentes a cargo de Enrique Krauze. “En 1988, cuando Fuentes recibió el Premio Cervantes, el premio de la National Arts Club en Nueva York y el premio Rubén Darío en Managua, Enrique Krauze publicó un polémico artículo contra él, tanto en Vuelta como en The New Republic, para denostar el así llamado carácter inauténtico de la vida y obra de Fuentes, gran parte de la argumentación de su llamada ‘desavenencia moral’ con el escritor estaba basada precisamente en los apuntes autobiográficos que Fuentes había incluido en este libro”, expresó Rivera Garza.
Para cerrar, el peruano Efraín Kristal evocó la cicatriz que es la frontera entre México y Estados Unidos desde el punto de vista de La frontera de cristal. “Las meditaciones de fuentes sobre la frontera tuvieron siempre como eje central el tema de los trabajadores mexicanos en los Estados Unidos y Fuentes siempre insistió que la prosperidad económica al norte de la frontera mexicana depende fundamentalmente de la mano de obra mexicana, aunque la política oficial de los Estados Unidos no reconoce este hecho”, dijo Kristal.
Al terminar la ponencia, Hurtado invitó a que se siga manteniendo vivo el recuerdo de Fuentes, y lo hizo mencionando que lo que mejor se puede hacer por esa labor es leer los textos del autor de Gringo viejo.
Foto: FIL Guadalajara