La habitualmente bulliciosa Sidney mostraba un aspecto desértico este sábado después de que las autoridades australianas extendieran el cierre a toda la ciudad, ante la propagación de la temida variante Delta del coronavirus, que está haciendo saltar alarmas en todo el mundo.
Si bien es cierto que en general la pandemia pierde fuerza y la OMS admite que el número de nuevos casos en el mundo es el más bajo desde febrero, esta cepa detectada en India, considerada más contagiosa que el resto, amenaza con una nueva ola, incluso en países donde la crisis parecía haber quedado atrás como Australia e Israel.
La medida, que afecta a alrededor de 5 millones de habitantes, llega tras la detección de más de 80 casos relacionados con la tripulación de un vuelo internacional que fue transportada en taxi del aeropuerto a un hotel de cuarentena.
Las autoridades sanitarias australianas anunciaron este sábado que el confinamiento decretado inicialmente para una semana en cuatro distritos de Sidney se ampliaba desde la noche a toda la ciudad y sus comunidades vecinas durante un periodo de dos semanas.
Hemos sufrido para recuperarnos de los confinamientos del año pasado. Hoy es como una patada mientras poco a poco te levantabas», aseguró Chris Kriketos, de 32 años, con una panadería cerca de la zona del puerto de Sidney.
Los afectados deberán quedarse en casa durante dos semanas y solo podrán salir para actividades imprescindibles, como comprar bienes esenciales, ir al médico, a la escuela o a trabajar.
Con apenas 30 mil casos y 910 decesos en una población de 25 millones de habitantes, Australia había destacado como uno de los países más eficaces en su lucha contra el covid-19.
Fuente: AFP