Haghatta, una menor de 10 años salió de su casa corriendo detrás de una pelota. En ese momento Cauã, de 22, iba conduciendo su auto, pero no pudo frenar a tiempo para evitar atropellar a la menor. El accidente ocurrió en la ciudad de Curitiba en Brasil a finales de mayo.
Espantado por lo que había ocurrido se bajó de su auto para ver el estado de salud de Haghatta, quien, según relatan medios locales, estaba tendida en el asfalto debido a las lesiones que le causó el impacto, las cuales fueron una pierna rota, dolor de cadera, la pérdida de seis dientes y moretones.
Los familiares de la menor salieron rápidamente para auxiliarla y en ese lugar hallaron a Cauã llorando desconsoladamente. Y entonces ocurrió algo insólito. Mientras los servicios de emergencia atendían a Haghatta, su padre se acercó al hombre que la atropelló y los abrazó para consolarlo.
Sobre su reacción, el padre de la menor contó a un medio brasileño: «vi sinceridad en su corazón, no era el momento de pelear, teníamos que abrazarnos y ayudarnos». Y repitió las palabras que le dijo al joven: «No tengo que perdonarte. ¿Le pegaste a mi hija porque querías? No, fue un accidente. Lo único que les pido, de corazón, es que oren. Ore por mi hija para que le vaya bien y sobreviva».
Tras el accidente la menor fue internada en el hospital Hospital Evangélico durante siete días, y luego fue dada de alta, por lo que pudo regresar a casa con sus padres.
Por ese motivo, Cauã fue a casa de la menor a felicitarla por recuperarse rápidamente y entregarle un obsequio. Al verlo, Haghatta lo abrazó y le dijo «no te preocupes, estoy bien». Por ello Cauã dijo en una entrevista al medio Paraná no Ar que ahora que ve bien a la menor ya se siente más tranquilo, y que puede dormir mejor, pues mientras estaba hospitalizada se sentía perturbado por el accidente.
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