Pandemia y alta demanda aumentan el mercado negro de suculentas

Era una noche sin luna en el desierto del suroeste de Sudáfrica y Avrill Kaffer acababa de cerrar una venta cuando unos vehículos con luces parpadeantes salieron de la oscuridad y un agente de la Unidad de Robo de Valores y Especies en Peligro de Extinción saltó y le ordenó que se tirara al suelo.

Para cuando Kaffer se dio cuenta de que le habían tendido una trampa, ya estaba esposado. Mientras veía lo que pasaba, unos oficiales de la policía procedieron a abrir las ocho cajas grandes de cartón que llevaba.

Dentro, encontraron miles de plantas pequeñas, cafés, como bolitas de masa —conofitos, nativas de esta parte de África— que acababan de ser extraídas del suelo.

Los conofitos, un género de plantas con flores que consta de más de 100 especies, son las últimas víctimas de una oleada mundial de caza furtiva de suculentas impulsada por la creciente demanda de coleccionistas y aficionados de todo el mundo.

Sudáfrica alberga aproximadamente un tercio de todas las especies de suculentas, según el Fondo Mundial para la Naturaleza, y los expertos afirman que esta oleada de caza furtiva supone una grave amenaza para la biodiversidad.

Los conofitos ahora son de lo más popular”, dijo el capitán Karel Du Toit, responsable de operativos que conducen a arrestos de traficantes de suculentas. “El problema se está volviendo enorme”, alertó.

Las suculentas, que antes en Sudáfrica se consideraban plantas para los pobres, se han puesto de moda a nivel internacional en los últimos años, ya que son apreciadas por sus extravagantes y esculturales formas y por el hecho de que requieren relativamente poco mantenimiento. Una búsqueda de #Suculentas da lugar a más de 12 millones de resultados en Instagram.

Además, la pandemia de covid-19 ha impulsado una industria de plantas de interior que ya estaba en auge, y los centros de jardinería han informado de un notable aumento de las ventas desde que se impusieron los confinamientos en muchos países en 2020.

La pandemia también ha cambiado la forma de operar de los cazadores furtivos de suculentas, según las autoridades. Hace unos años, las personas que Du Toit y sus colegas detenían eran casi todas extranjeras; sobre todo, chinos y coreanos.

Pero desde que la pandemia obligó a restringir los viajes, los compradores extranjeros han contratado a los locales para que se dediquen a la caza furtiva.

Descubrimos que hay un enorme comercio de plantas en línea”. Muchos compradores de plantas recolectadas de manera ilegal no parecían saber que estaban infringiendo la ley, dijo, y añadió que “la gente es bastante ignorante o ingenua sobre lo que constituye el comercio ilegal de plantas”.

Es la cosa más estúpida que he hecho en toda mi vida”, comentó Kaffer tras su detención, mientras dos agentes contaban los conofitos que quería vender y los metían en bolsas para evidencia. Tan sólo la primera caja contenía 1,424 plantas.

Kaffer, de 40 años, esperaba obtener 160 mil rands (unos 11,000 dólares), por sus plantas, pero Du Toit dijo que su valor de mercado en el extranjero sería mucho mayor.

El hombre trabajaba como minero de diamantes, relató que llevaba más de un año sin trabajo y que tenía dificultades para mantener a su familia. La tasa de desempleo de Sudáfrica ha aumentado hasta casi 33% durante la pandemia.

The New York Times Company

agosto 14, 2021 - 3:45 pm

Por: Staff

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