El Papa Francisco criticó hoy a las sociedades “anestesiadas” por una diversión que no es reposo, sino “enajenación” y “fuga de la realidad”, al tiempo que propuso una forma distinta de descansar: aprovechar el tiempo para saborear lo bueno de la vida.
Durante su audiencia pública de los miércoles, ante más de 13 mil personas congregadas en la Plaza de San Pedro del Vaticano, el pontífice reflexionó sobre el mundo actual, donde muchas personas viven “sedientas de diversión y vacaciones”.
Constató que la industria de la distracción es muy floreciente, la publicidad presenta al mundo ideal como un gran parque de juegos, donde todos se divierten, y el concepto de vida dominante no tiene el centro ni en la actividad, ni en el compromiso, sino en la evasión.
“Ganar para divertirse, para satisfacerse”, dijo en su mensaje en italiano. Además de sostener que el modelo de éxito es el de quienes pueden permitirse “amplios y diferentes espacios de placer”.
“El hombre nunca ha descansado como en la actualidad; sin embargo, ¡el hombre nunca ha experimentado tanto vacío como hoy!”, expresó.
En contraparte, Francisco estableció que para los cristianos el reposo debería ser “el momento de la alabanza”, el tiempo para contemplar la realidad y decir “¡cómo es bella la vida!”, sin fugarse de la realidad.
Asimismo, afirmó que el domingo no es el día para cancelar los demás días, sino para recordarlos, bendecirlos y hacer las paces con la vida, diciendo: “La vida es preciosa; no es fácil, a veces es dolorosa, pero es preciosa”.
Según Jorge Mario Bergoglio, someter el corazón a la infelicidad pensando constantemente en los motivos para estar descontentos “es muy fácil”, mientras la “bendición” y la alegría implican una apertura al bien, que exige un “movimiento adulto del corazón”.
“¡Cuántas veces hemos encontrado a cristianos enfermos que nos han consolado con una serenidad que no se encuentra en los hedonistas! Y, ¡cuántas veces hemos visto personas humildes y pobres alegrarse de pequeñas gracias con una felicidad que sabía a eternidad!”, añadió.
Esa actitud alegre, apuntó el Papa, es la que vuelve bella a la vida, es entonces que se puede comenzar a “pensar bien sobre ella”, sea cual sea la propia historia, porque pensar que “todo es una gracia” es un “santo pensamiento” que derrumba el muro interior de la insatisfacción, dando paso al reposo auténtico.