Los estadounidenses Paul R. Milgrom y Robert B. Wilson ganaron este lunes el premio Nobel de Economía por “mejoras en la teoría de subasta y la invención de nuevos formatos de subasta”.
Sus descubrimientos han beneficiado a los vendedores, compradores y contribuyentes de todo el mundo», indicó el Comité del Nobel, señalando que los formatos de subastas desarrollados por los ganadores se han utilizado para vender frecuencias de radio, cuotas pesqueras y derechos de aterrizaje en aeropuertos.
Los ganadores fueron anunciados en Estocolmo por Goran Hansson, secretario general de la Academia Real Sueca de las Ciencias.
El premio cierra una semana de galardones anunciados mientras buena parte del mundo sufre la peor recesión desde la Segunda Guerra Mundial por el impacto de la pandemia del coronavirus.
El reconocimiento, que lleva el nombre oficial de Premio Sveriges Riksbank en la Ciencia Económica en Memoria de Alfred Nobel, se estableció en 1969 y está ampliamente considerado como uno de los premios Nobel.
Robert Wilson desarrolló la teoría de las subastas de objetos con un valor común, un valor que es incierto de antemano pero, al final, es el mismo para todos. Los ejemplos incluyen el valor futuro de las frecuencias de radio o el volumen de minerales en un área en particular.
“Wilson mostró por qué los postores racionales tienden a colocar sus ofertas por debajo de su mejor estimación del valor común: están preocupados por la maldición del ganador, es decir, por pagar demasiado y perder”, señaló la Academia Sueca de Ciencias.
Paul Milgrom formuló una teoría más general de las subastas que no solo permite valores comunes, sino también valores privados que varían de un postor a otro.
“Analizó las estrategias de licitación en varios formatos de subasta conocidos, demostrando que un formato le dará al vendedor mayores ingresos esperados cuando los postores conozcan más sobre los valores estimados de los demás durante la licitación”,detalló.
Milgrom y Wilson inventaron nuevos formatos para subastar muchos objetos interrelacionados simultáneamente, en nombre de un vendedor motivado por un amplio beneficio social en lugar de los ingresos máximos.
En 1994, las autoridades estadounidenses utilizaron por primera vez uno de sus formatos de subasta para vender frecuencias de radio a operadores de telecomunicaciones. Desde entonces, muchos otros países han seguido su ejemplo.
“Los galardonados en Ciencias Económicas de este año comenzaron con la teoría fundamental y luego utilizaron sus resultados en aplicaciones prácticas, que se han extendido por todo el mundo. Sus descubrimientos son de gran beneficio para la sociedad ”, dice Peter Fredriksson, presidente del Comité del Premio.
En declaraciones telefónicas a periodistas en Estocolmo tras conocer su victoria, Wilson tuvo problemas para recordar una subasta en la que hubiera participado. Pero después añadió: “Mi esposa señala que compramos botas de esquí en eBay. Supongo que es fue una subasta”.
El premio del año pasado fue a dos investigadores del Instituto de Tecnología de Massachusetts y un tercero de la Universidad de Harvard por su rompedora investigación sobre los esfuerzos para reducir la pobreza global.
El prestigioso premio incluye 10 millones de coronas (más de un millón de dólares) en efectivo y una medalla de oro.
Con información de AP