Los recortes presupuestales en el Gobierno brasileño tuvieron impacto directo en las condiciones del Museo Nacional, ubicado en Río de Janeiro, que perdió en un incendio el 90 por ciento de su acervo, conformado por 20 millones de objetos arqueológicos, minerales, antropológicos e históricos.
El fuego, que comenzó a las 19:00 horas del domingo, se pudo controlar hasta las 3:00 horas del día siguiente. El Cuerpo de Bomberos dijo que la falta de agua para alimentar los hidrantes perjudicó el control del incendio.
Recién cumplidos sus 200 años, la antigua residencia de los reyes portugueses y de la familia imperial brasileña, en donde se firmó el Acta de Independencia, estaba en malas condiciones por falta de presupuesto.
Desde 2013, el museo no recibía fondos suficientes para su mantenimiento. Ese año, recibió 130 mil dólares, pero el diario Folha de Sao Paulo reportó en mayo, con motivo del bicentenario del espacio, que su presupuesto anual se redujo: en 2017, le otorgaron sólo 84 mil dólares.
También el año pasado, la sala en donde se encontraba un esqueleto de dinosaurio de 12 metros de altura tuvo que cerrar por una plaga de termitas. Los funcionarios del museo lanzaron una campaña de fondeo colectivo para juntar dinero y reabrir la sala.
Alex Kellner, director de la institución, y Roberto Leher, Rector de la Universidad Federal de Río de Janeiro, que tenía a su cargo el recinto, responsabilizaron al Gobierno del Presidente Michel Temer por la falta de recursos.
«Todo el edificio estaba en condiciones vulnerables. Brasil necesita evaluar para dónde estamos caminando. No existe ninguna línea de financiación de los ministerios de Educación y Cultura para edificios históricos protegidos por el patrimonio», dijo Leher.
Justamente se acababa de aprobar una bolsa para la renovación del espacio, que incluía el sistema de prevención de incendios.
«Qué ironía. El dinero ya está allí, pero se acabó el tiempo», expresó Kellner.
El incendio supone una gran pérdida para la latinidad y para América, lamentó Nuria Sáenz, directora y representante de la Oficina de la Unesco en México.
«He tenido ocasión de trabajar ahí, de trabajar con sus investigadores. Es un acervo documental antropológico único. Tenían las cartas manuscritas de (Claude) Lévi-Strauss cuando llegó hace tanto tiempo a hacer su trabajo de campo en la Amazonia, pueden imaginar: colecciones arqueológicas, antropológicas y artísticas. Creo que perdemos todos», dijo Sanz, durante la presentación de los Indicadores Unesco de Cultura para el Desarrollo de la Ciudad de México en el Centro Cultural El Rule.
Hizo hincapié en el debido mantenimiento y condiciones de seguridad para los museos.
«(El incendio) tiene que servirnos para recordarnos el capítulo de mantenimiento y de seguridad no debe ser olvidado en todos y cada uno de los presupuestos», destacó.
Con información de EFE, Xinhua y Reforma