La Emergencia de Salud Pública de Importancia Internacional no significa pánico.
Es un momento en el que se pide una mayor preparación internacional y una mayor confianza cuando la Organización Mundial de la Salud (OMS) anunció que el brote del nuevo coronavirus se ha convertido en una emergencia de salud pública de importancia internacional (PHEIC, por sus siglas en inglés).
PHEIC no significa pánico. Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la OMS, subrayó que el organismo desaconseja la imposición de restricciones a los viajes o al comercio a China. El anuncio de la OMS significa un nuevo punto de partida para la colaboración internacional para combatir al enemigo de la salud mundial.
Queda mucho por entender sobre el nuevo virus. Aún no se conoce la fuente del brote y la medida en que se ha propagado. El anuncio de PHEIC podría influir en la economía mundial. Pero la confianza es más preciada que el oro frente a la epidemia. Mientras la comunidad internacional esté unida, con la prevención y las curas y las políticas precisas, la epidemia es prevenible, controlable y curable.
Esta confianza se basa en que la OMS no recomienda reacciones excesivas, como restricciones al comercio y a los viajes.
China está ahora dedicada a una ardua batalla. Sus medidas, rápidas, fuertes e inteligentes, han demostrado que el descubrimiento temprano, el diagnóstico, el tratamiento y la cuarentena son los métodos más eficaces para poner el brote bajo control.
Desde el brote, el Gobierno chino ha dado una primordial importancia a las medidas de prevención y control y está trabajando con la comunidad internacional en un espíritu de apertura, transparencia y coordinación científica.
El mundo está impresionado con el compromiso del liderazgo máximo de China, la eficiencia de la movilización nacional en respuesta al brote, las acciones para limitar la transmisión, incluido el bloqueo de Wuhan, una ciudad de 11 millones de habitantes y centro del brote.
El virus puede traspasar fronteras en un mundo integrado, pero es la integración y la colaboración sin fronteras lo que nos permite detenerlo.
Después de identificar el patógeno en un tiempo récord, China compartió oportunamente la secuencia genética del nuevo coronavirus con la OMS y los países y regiones pertinentes. China invita a expertos de la OMS a realizar estudios de campo en Wuhan. El gobierno concede gran importancia a la seguridad de todos los extranjeros en China.
Los progresos se están logrando día a día. Se acelera el desarrollo de la vacuna, el diagnóstico y el tratamiento. Los investigadores han seleccionado 30 medicamentos existentes, productos naturales biológicamente activos y medicamentos tradicionales chinos que pueden tener efectos terapéuticos sobre el virus para pruebas adicionales. Más pacientes se han recuperado y han sido dados de alta del hospital. China está dispuesta a compartir la experiencia con el mundo.
El renombrado experto respiratorio chino Zhong Nanshan dijo el martes que el brote en China alcanzaría su pico en una semana o alrededor de 10 días, y luego no habrá aumentos a gran escala.
De pie en primera línea, China está levantada para hacer frente a la cuestión más difícil. Sus esfuerzos no están sólo en proteger a su gente, sino también proteger a la gente en todo el mundo.
Como dijo Tedros Adhanom Ghebreyesus, el anuncio de PHEIC no es un voto de no confianza en China, y la mayor preocupación es «el potencial de que el virus se propague a países con sistemas de salud más débiles».
Es hora de poner a prueba la fuerza, la sabiduría y la solidaridad de la comunidad internacional como lo hizo el mundo al frenar los virus como la gripe porcina, la poliomielitis, el ébola y el zika.
Frente a un desafío extraordinario planteado por el brote, el mundo necesita una confianza extraordinaria. En la lucha conjunta por la seguridad sanitaria mundial, el sacrificio no puede hacerse en vano.