La diputada Diana Gutiérrez Valtierra (PAN) informó que impulsa un punto de acuerdo para que la Cámara de Diputados exhorte a las secretarías de Salud y Educación Pública federales a instaurar una campaña nacional de salud mental en favor de niñas, niños y adolescentes. 

En un comunicado, apuntó que la campaña debe de realizarse año con año, sin importar quien ocupe la Presidencia de la República.

Refirió que 2021, el Gobierno Federal informó que la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (ENSANUT) reveló que, durante 2020, mil 150 niñas, niños o adolescentes se suicidaron, es decir, un promedio de tres casos por día.

«Todas y todos tenemos la obligación de trabajar para que nuestra niñez tenga una mejor salud mental y, consecuentemente, una mejor calidad de vida», enfatizó.

La diputada panista destacó que han pasado casi 20 años desde que la Organización Mundial de la Salud (OMS) abordó el tema de la Ley de Salud Mental en Niños y Adolescentes, “y en México, aún no hemos hecho nada”.

Dijo que en el informe de Legislación sobre Salud Mental y Derechos Humanos de la OMS, publicado en 2003, se menciona que el 25 por ciento de los países no presenta una legislación sobre salud mental, y en las naciones en los que podría existir una, no son lo suficientemente claras e inclusivas.

Gutiérrez Valtierra informó que el Censo de Población y Vivienda del 2020 indica que en México residen 31.8 millones de niñas y niños de 0 a 14 años, que en términos relativos representan 25.3 por ciento de la población total (INEGI, 2021).

Mencionó que la legislación faculta al Ejecutivo Federal para que, por conducto de la Secretaría de Salud, organice y opere las atenciones en esta materia, así como vigilar su funcionamiento en coordinación con dependencias y entidades del sector.

Apuntó que en el informe Estado Mundial de la Infancia 2021 (UNICEF) destaca que los problemas mentales diagnosticados, como el trastorno por déficit de atención e hiperactividad, ansiedad, autismo, trastorno bipolar, trastorno de la conducta, depresión, trastornos alimentarios, discapacidad intelectual y esquizofrenia, pueden perjudicar considerablemente la salud, la educación, las condiciones de vida y la capacidad para obtener ingresos de los niños y los jóvenes.

Foto: Cámara de Diputados