Los trece jóvenes que pasaron más de dos semanas atrapados en una cueva del norte de Tailandia participaron hoy en una ceremonia de acción de gracias tras pasar la primera noche en casa, luego de ser dados de alta del hospital.
Acompañados de familiares y su entrenador, los chicos acudieron a primera hora de la mañana al templo Wat Phra That Doi Wao de Mae Sai en la provincia de Chiang Rai, donde vive la mayoría de ellos, según mostraron las televisoras locales.
Todos ellos realizaron un ritual dirigido a garantizar una vida larga y próspera junto a otro para, de acuerdo con la tradición budista, ganar mérito en favor de Saman Kunan, el veterano buzo tailandés que falleció durante las operaciones de rescate.
La ceremonia se celebró al día siguiente de que los doce jugadores de los «Jabalíes Salvajes», de entre 11 y 17 años, y su entrenador, de 25, hablaran por primera vez ante la prensa para contar su experiencia.
Los jóvenes relataron que durante los nueve días que pasaron atrapados cavaron en busca de una salida y sobrevivieron bebiendo el agua que se filtraba por las paredes de la cueva.
También describieron como «milagroso» el momento en el que fueron encontrados por los buzos a cuatro kilómetros al interior de la cueva, lo que puso en marcha una vasta y complicada operación para sacarlos que llegó a involucrar a más de mil personas, con expertos de más de media docena de países.
Los médicos que los cuidaron indicaron ayer que recuperaron la suficiente fuerza mental y física para regresar a sus casas.
El Gobierno tailandés recomendó al grupo que vuelva a su vida normal y que evite convertirse en el centro de los medios de comunicación.