La diputada Claudia Reyes Montiel (PRD) presentó un punto de acuerdo para exhortar a la Secretaría de Salud y a la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) a implementar campañas de información y concientización sobre los riesgos a la salud que implica el consumo de dióxido de cloro como tratamiento contra el Covid-19.
A través de un comunicado, dijo que el dióxido de cloro se ha utilizado como “un tratamiento o cura” para diversas enfermedades como gripe, autismo, malaria, cáncer, entre otras y ahora, durante la pandemia, comenzó a recomendarse como tratamiento para prevenir, e incluso curar, a las personas que padecen Covid-19.
Agregó que la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA por sus siglas en inglés) informó que esta sustancia no es una cura o tratamiento que funcione contra estas enfermedades y que no existe ningún estudio que demuestre que puede ser efectivo; al contrario, su consumo es peligroso para la salud pues puede causar náusea, vómito, diarrea y deshidratación severa, por lo que no se recomienda su ingesta.
Por otra parte, la Organización Panamericana de la Salud no recomienda utilizar productos a base de dióxido de cloro o clorito de sodio por vía oral o parenteral en pacientes con sospecha o diagnóstico de Covid-19, ni en ningún otro caso, porque no hay evidencia sobre su eficacia y la ingesta o inhalación de estos productos podría ocasionar graves efectos adversos.
Reyes Montiel denunció que en redes sociales es fácil encontrar a personas que venden dióxido de cloro bajo el nombre de «Solución Mineral Milagrosa” o “MMS” (por sus siglas en inglés) o “CDS” (por las siglas de cloruro de sodio), como remedio contra el Covid-19, sin que se consideren los riesgos que su consumo implica para la salud.
Recordó que la Cofepris dio a conocer una alerta para advertir de los riesgos que implica para la salud el consumo de este producto como tratamiento contra el Covid-19 e indicó que no se ha autorizado ningún registro sanitario de medicamentos que contengan dióxido de cloro.
“Es necesario que, desde el gobierno, con un lenguaje sencillo y claro, se realicen campañas de información masiva para advertir a la población en general sobre las afectaciones a la salud que genera consumir dióxido de cloro y sus derivados, para contrarrestar la gran desinformación que existe con respecto al producto y los riesgos que implica su consumo para la salud”, agregó.