Eliminar el Impuesto al Valor Agregado a productos femeninos es un gran logro de justicia tributaria, resultado de la lucha de grupos feministas, quienes desde la sociedad civil apoyaron y acompañaron el trabajo legislativo para aprobar esta propuesta, consideró el senador Miguel Ángel Osorio Chong.
El presidente del Instituto Belisario Domínguez aseguró que se trata de un avance importante, pero es apenas el comienzo, porque “tenemos que apostar por la gratuidad de los productos, medicamentos e insumos de gestión menstrual, particularmente en las escuelas públicas”, para evitar la deserción escolar de niñas y adolescentes que no tienen acceso a ellos.
Osorio Chong reveló que 43 por ciento de niñas y adolescentes faltan a clases por algún síntoma relacionado con su periodo; estamos frente a un factor biológico que, por prejuicios, coloca a las mujeres en desventaja escolar, laboral, económica y de salud.
Durante el webinar: “Tasa cero y gratuidad de los productos de gestión menstrual: avances y desafíos de la agenda feminista”, asentó que también es necesario realizar reformas laborales para garantizar permisos remunerados para mujeres con síntomas delicados, así como promover e informar sobre alternativas probadas que rompan tabús y erradicar estigmas sobre este tema.
Debemos, dijo, ver esta situación desde una perspectiva científica y de justicia social para educar a niñas y niños, dejar de lado ideas falsas y generar datos e información para desarrollar políticas públicas que garanticen una menstruación digna.
“Porque la salud reproductiva es un derecho de las mujeres y por encima de cualquier prejuicio es obligación del Estado garantizarlos”, añadió el senador del PRI.
A su vez, Gabriel Yorio González, subsecretario de Hacienda y Crédito Público, aseguró que cuando se discutió el tema de la “tasa cero” a los productos menstruales, uno de los elementos que se observaron es que el no tener acceso a estos insumos de higiene femenina tenía un impacto en la deserción, lo que obviamente, afecta también a la inclusión de las mujeres en la fuerza laborar remunerada.
El funcionario afirmó que escucharon distintos puntos de vista, como legisladores y colectivos feministas, quienes tenían muy claro un posicionamiento respecto a la justicia y equidad.
Se propuso una tasa cero y no exenta, como en otros países, porque se tenía muy clara la línea de política pública y dado los efectos de la crisis económica por el Covid-19, uno de los mayores impactos es que a las mujeres les ha costado incorporarse a la fuerza laboral, asentó.
“Lo que permitirá a las cadenas de valor agregado poder compensar los costos y estructuras de tasa cero y tasa de 16 por ciento, lo que generará que las empresas reduzcan el precio final, que es lo que propusieron legisladores y colectivos”.
A su vez, la exdiputada Martha Tagle, promovente de la iniciativa Menstruación Digna, indicó que debe darse seguimiento a esta medida, para comprobar que se vea reflejada en la disminución del precio y verificar que sirva a las mujeres.
Posteriormente, agregó, debería diseñarse una política pública que garantice que la gestión de la menstruación se dé en condiciones dignas.
Por su parte, Luisa Conesa Labastida, del Colectivo #MenstruaciónDignaMéxico, aseveró que se trata de un paso relevante en el acceso de las mujeres a la justicia, a la perspectiva de género y al acceso a la salud, aun cuando hay temas pendientes como el acceso al agua potable.
Consideró que la Suprema Corte de Justicia de la Nación debe pronunciarse sobre el tema, a fin de que esta tasa no esté a disposición de los legisladores cada año. “No está puesto en piedra” y, por lo tanto, existe la posibilidad de que se cambie”.