Miles de poblanos se dieron cita en la Basílica de Guadalupe, en la tradicional peregrinación de la Arquidiócesis poblana cómo se ha venido haciendo desde hace 127 años.

Sin importar la lluvia, calor, frío, cansancio y una enorme fe, es lo que experimentan devotos a la Virgen de Guadalupe, para acudir en el templo del santuario del Tepeyac.

Durante la misa presidida por el arzobispo de Puebla, monseñor Víctor Sánchez Espinosa, agradeció la presencia de las seis zonas pastorales de la entidad poblana.

Durante un recorrido, encontramos a Brenda Vázquez, quién acompañada de su compañeros y amigos salieron de su comunidad caminando desde el domingo en la madrugada para llegar a la Basílica de Guadalupe, siendo su principal petición la salud para ella y su familia.

Asimismo, más de 100 peregrinos de Zacatlán llegaron hasta el santuario guadalupano, comentó que durante el trayecto algunos de sus compañeros fueron asaltados, durante su paso de Zacapoaxtla, fueron heridos dos peregrinos, quienes recibieron impactos de bala, incluso uno de ellos tuvo que ser trasladado a la Ciudad de Puebla para su atención médica.

Además, conocimos a Jesús López Ascención, oriundo de Tepeaca quien junto con sus compañeros de viaje, caminaron durante cinco días pasa llegar hasta los pies de la virgen, conmemorando el 33 aniversario de su peregrinación.

José Celestino Vázquez, originario de la Villa de San Jerónimo Aljojuca, manejó desde Los Ángeles California para llegar a esta peregrinación y acompañar a sus paisanos quienes conmemoraron el centenario de esta peregrinación que acuden en relevos, caminando y ciclistas, para demostrar su fe.

Por su parte, Martín Martínez, de la comunidad de San Francisco de Asís en Tlachichuca, caminó desde hace 5 días para agradecer todos los favores recibidos a lo largo del año.

Al término de la celebración la mayoría de los peregrinos deben de regresar a sus puntos de partida, aceleran el paso para poder llegar a tiempo y presenciar las diferentes misas que se ofrecerán en las iglesias de sus municipios.

En muchos de los casos, las capillas e iglesias de todos los municipios se verán llenas de gentes esperando a sus familiares y amigos que decidieron demostrar su fe a la Virgen.

Como cada año grupos de fieles católicos dedican promesas de fe hacia la Virgen de Guadalupe, recorriendo grandes distancias para cumplir su devoción sin importar las inclemencias del tiempo, únicamente el fervor Guadalupano.