Como cada año, desde hace más de cinco décadas, en el Seminario Palafoxiano se lleva a cabo la tradicional Feria Guadalupana para celebrar la aparición de la imagen de la Virgen de Guadalupe en el cerro del Tepeyac.
En el lado oriente de Puebla capital, se localiza el Seminario Palafoxicano hasta donde han llegado cientos de familias, amigos, jóvenes, parejas y religiosos para presenciar las celebraciones eucarísticas y después disfrutar de la verbena.
Juegos mecánicos, antojitos mexicanos, venta de artículos religiosos, libros, juguetes y muchos productos más se colocaron desde el pasado 8 de diciembre entre el estacionamiento y pasillos de este inmueble, donde los seminaristas y algunas religiosas atienden a los visitantes.
Los visitantes que ingresan por la puerta principal del edificio mariano se encuentran con un gran letrero de bienvenida a la feria, en su edición 59, de la cual resalta que es una feria totalmente familiar.
La capilla donde se venera a la imagen de la Virgen de Guadalupe se ubica al lado derecho del seminario, donde los arreglos florales llegan por decenas por parte de los fieles, la mayoría de estos son rosas blancas, rojas y rosas.
Después de la visita obligada para los fieles, continúan con la fiesta y la comida de antojitos como chalupas, cemitas, tacos, tostadas, molotes, envueltos de mole, así como postres arroz con leche, flanes, gelatinas y rebanadas de pastel, entre muchos productos más.
Los más pequeños se divierten en las sombrillas voladoras, rueda de la fortuna, caballitos, remolino y otros juegos mecánicos ahí instalados.
Al otro extremo de la ciudad de Puebla, se ubica la planta armadora de autos Volkswagen de México que como cada 12 de diciembre abrió sus puertas para que los trabajadores junto con sus familias y público en general disfruten de esta celebración religiosa.
Desde las primeras horas de este miércoles, trabajadores de la planta alistaron en cada una de las naves de producción altares a la imagen de la Virgen de Guadalupe, nichos que estuvieron acompañados de flores y luces.
Cada nave adornó de acuerdo a su gusto, por lo que otros más estuvieron acompañados por la música de mariachis o con la presencia de sacerdotes para la celebración de misa. Posteriormente, se repartió atole, café, tortas o tamales, y algunos juguetes para los niños.
Esta es la única ocasión que la planta de autos de origen alemán abre las puertas y torniquetes de la armadora, aunque no trabajan las líneas de producción, se explica a los visitantes cómo son los procesos que se siguen, desde que se inicia hasta que terminan un auto.
Fotos: Es Imagen / Andree Jiménez