Cientos de feligreses conmemoraron la procesión de Corpus Christi en el Jardín del Carmen en la capital poblana, donde en la calle 16 de Septiembre se cerró la circulación para colocar el tapete de pétalos de rosa que unió al ex convento carmelita con la Basílica Catedral. Por ahí avanzó la procesión, encabezada por los obispos auxiliares Felipe Pozos Lorenzini y Tomás López Durán.
La custodia fue encargada para conmemorar cien años de trabajo del Grupo Pastoral de Adoración Nocturna, integrado por más de 7 mil fieles en toda la arquidiócesis. Así lo comenta José Luis Juárez, uno de sus integrantes:
El símbolo de la festividad, el cuerpo de Cristo representado por la Eucaristía, fue transportado en una custodia monumental elaborada por orfebres del municipio de San Martín Texmelucan.
La eucaristía tiene su propia fiesta en el calendario litúrgico y esta lleva el nombre de Corpus Christi, día de los Manueles o de las Mulitas. Dicha celebración ocurre sesenta días después del Domingo de Resurrección de Jesucristo.
Este día se acostumbra vestir a los niños de indígenas con guaraches y huacales llenos de frutas y golosinas, llevarlos a bendecir a las iglesias, así como de regalar figuras de mulas de barro, palma o de cualquier otro material.
De acuerdo a la Arquidiócesis de México, después de la reforma litúrgica del Concilio Vaticano II la fiesta de Corpus Christi se llama: Fiesta del Cuerpo y de la Sangre de Cristo, y se celebra el jueves siguiente a la octava de Pentecostés.
Los orígenes de esta fiesta se remontan al siglo XI cuando Berengario de Tours negó la presencia real de Cristo en la Eucaristía. Fue hasta 1246 cuando el Obispo de Lieja, hoy Alemania, introdujo la fiesta del Corpus Christi en su diócesis.