De acuerdo con el más reciente informe del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), en los últimos dos años, la pobreza en México aumentó dos puntos porcentuales, por debajo del 10 por ciento proyectado por este organismo.
Aun así, Puebla se mantiene entre los estados más pobres del país. En la opinión de Miguel Calderón Chelius, investigador de la Ibero Puebla, en términos generales, las políticas sociales del gobierno federal han sido eficaces para contener el aumento de la pobreza entre los sectores pobres. No obstante, estos siguen excluidos de la cobertura de los sistemas sociales.
Con respecto a los indicadores del Coneval, de 2018 a 2020 la pobreza pasó de 41.9% a 43.9%; esto quiere decir un incremento de 3.8 millones de personas en situación de pobreza. De acuerdo con estos criterios, una persona se encuentra en situación de pobreza cuando presenta al menos una carencia social y no tiene un ingreso suficiente para satisfacer sus necesidades básicas.
Calderón Chelius, quien fue designado recientemente por el Congreso como integrante del Consejo de Evaluación de la Ciudad de México, no se sorprende con el reciente posicionamiento de Puebla como una entidad con altos índices de pobreza, codeándose con Chiapas, Oaxaca, Veracruz y Guerrero. Lo significativo, explica, es que sigue estando entre los estados más pobres del país.
La pandemia tiene mucho que ver en ello. La metodología del Coneval contempla que el aumento de la pobreza se debe a la carencia en el acceso a los servicios de salud, lo que ocurre por dos factores primordiales: el cambio del Seguro Popular al Instituto de Salud para el Bienestar (INSABI), que supuso una pérdida de identificación de las personas, y que la pandemia ha reclamado como nunca el acceso efectivo a los servicios de salud.
Las mediciones de pobreza no suelen tener oscilaciones radicales. Estas se producen cuando existe una situación compleja extraordinaria, como ocurrió durante el llamado Efecto Tequila de 1995 y la crisis hipotecaria estadounidense de 2008. El contexto actual, que no era próspero antes de la pandemia, se agravó por la falta de acceso a los servicios sanitarios en tiempos de alta demanda.
Uno de los principales fallos del Gobierno de México fue la atropellada transición del Seguro Popular al INSABI que arrancó antes de que el coronavirus se convirtiera en un problema planetario. “Fue un cambio grande y no bien planificado, y cuando ocurre la pandemia los problemas de instrumentación del nuevo instituto se magnificaron”. A ello se suman las carencias históricas del sistema de salud mexicano.
El consejero de Coneval considera que las medidas adoptadas por el Gobierno, si bien han sido eficaces para contener el avance de la pobreza, no han contrarrestado el inacceso a los sistemas sociales. Una de las razones es la bancarización, estrategia que ha beneficiado a miles de personas (particularmente adultas mayores) sin dejar de excluir a cientos de comunidades rurales e indígenas.
La brecha socioeconómica, uno de los vicios endémicos del país, encontró un punto de quiebre con la firma del Tratado de Libre Comercio en 1994 y la consolidación de modelos desiguales de organización productiva y laboral. Se trata de un problema que comienza a encontrar luces de solución. “El actual gobierno ha tratado de instrumentar un conjunto de políticas y de grandes inversiones públicas que disminuyan un poco estas diferencias”, sostiene Miguel Calderón.
Acciones como la construcción de infraestructura que fomente el turismo y detone el crecimiento económico de regiones alejadas pueden dar testimonio de estas pretensiones. No obstante, señaló el especialista, será clave que exista una continuidad en acciones y políticas públicas para que estos esfuerzos comiencen a verse materializados.
El transitar hacia la mitigación de los índices de pobreza debe comenzar con la implementación de una política social territorializada, donde se atiendan las necesidades de las regiones marginadas. Para el experto de la Universidad Jesuita, esta perspectiva debe propiciar “nuevas formas de desarrollo, de construcción de bienestar en ciertas áreas y no sólo por apoyos personalizados, sino apoyos a las comunidades, a las distintas zonas del país”.
En mayo pasado, el Observatorio de Salarios de la Ibero Puebla, del cual es coordinador Miguel Calderón Chelius, presentó el informe El Costo de Comer Bien en México: Canasta Integral Normativa Alimentaria (CINA) con una propuesta para mejorar las condiciones de vida de los poblanos.