El duelo entre el Rayo Vallecano y Albacete se convirtió en el primer compromiso suspendido por gritos segregatorios en contra de algún jugador en la historia del futbol español.
Durante el transcurso del primer tiempo, varios aficionados llamaron “p… nazi” en repetidas ocasiones al delantero ucraniano Roman Zozulya debido su pasado en el futbol de su país, cuando integró las filas del Dnipro, cuyos aficionados, en su mayoría neonazis crearon una especie de frente que luchaba contra la independencia de Donetsk y Lugansk; además de su explícito apoyo al ejército ucraniano y partidos de ultra derecha.
Ante esta situación, el árbitro José Luis López Toca decidió detener provisionalmente el juego en un par de ocasiones, pidiendo al sonido de Vallecas que exhortara al público a que dejara de insultar al atacante; pero al ver que esto no cesaba, suspendió el duelo de forma definitiva al concluir el primer tiempo ya que los jugadores visitantes no quisieron regresar a la cancha.
“El Albacete no está dispuesto a salir al terreno de juego y ofrecemos desalojar. La coordinadora de seguridad no lo estima. Estamos de acuerdo los dos equipos a jugar en mejores condiciones. No vamos a tolerar ningún tipo de violencia”, declaró Víctor Varela, vicepresidente del Albacete Balompié.
Finalmente, la Liga se pronunció al respecto y emitió un comunicado, donde respaldaba la decisión del colegiado y de ambas escuadras en la suspensión del juego hasta nuevo aviso.
“La Liga manifiesta su acuerdo con la decisión tomada por, José Antonio López Toca, el árbitro del partido entre el Rayo Vallecano y el Albacete Balómpié de suspender el encuentro ante los graves insultos y amenazas sucedidos durante la primera parte contra Roman Zozulia, jugador del club visitante y ante la petición de los dos equipos en el estadio de Vallecas. Desde La Liga seguimos trabajando para erradicar la violencia, el racismo y la xenofobia en los estadios del fútbol profesional español”.