De pie y con el puño en alto, unidos en una sola voz: ¡autonomía!, ¡autonomía!, ¡autonomía!, los consejeros universitarios aprobaron por unanimidad de votos exhortar al Congreso del Estado a abstenerse “de irrumpir en el ámbito de facultades que corresponden exclusivamente a la comunidad universitaria”, de acuerdo con la fracción VII del artículo 3° constitucional.
Durante la cuarta sesión extraordinaria del Máximo Órgano de Gobierno de la Institución, Eduardo Monjaraz Guzmán, representante del Grupo de Enlace y Seguimiento, afirmó que la imposición de un órgano de control interno, como lo propone el gobierno del estado, violaría la autonomía universitaria consagrada en dicho artículo, pues se estaría consignando una excepción a la facultad de autogobierno y autorregulación de las universidades públicas autónomas.
“La autonomía es sinónimo de garantía y de calidad educativa, de la concentración y libertad de ideas, por lo que solo debe estar en manos de maestros y alumnos. Debe ser ajena a toda injerencia que afecte los fines constitucionales, pues solo así podrá exigirse a la Universidad los resultados demandados por la nación. Por lo tanto, no resulta constitucional ni legalmente posible que reciba órdenes o instrucciones de ningún órgano exterior en la toma de sus decisiones”.
Ante el pleno del Consejo Universitario, Monjaraz fundamentó que el límite razonable entre el ejercicio de la autonomía y el cumplimiento de los postulados del Sistema Nacional Anticorrupción, para validar la fiscalización de los recursos públicos, “no se logra con la creación de un órgano al que se le faculta revisar todas las actividades de la Universidad, pues las disposiciones reclamadas rebasan los fines de este sistema y vulneran el principio de autonomía universitaria, por lo tanto son inconstitucionales”.
Finalmente subrayó: “La Universidad nunca ha negado su responsabilidad de rendir cuentas, las evidencias que hemos sometido a través de los informes de auditorías internas, federales y locales, comprueban esa vocación de transparencia”.
Por consiguiente, “cualquier otro órgano de control interno nombrado por cualquier instancia, que no sea la propia Universidad, solo vendría a suplantar las atribuciones y facultades exclusivas de nuestra Máxima Casa de Estudios”.
“Salva Vidas BUAP”, una propuesta del rector Alfonso Esparza
Por unanimidad de votos, el Consejo Universitario también aprobó el proyecto “Salva Vidas BUAP” y sumarse al paro nacional “Un día sin nosotras”, el próximo 9 de marzo, ambas iniciativas del Rector Alfonso Esparza Ortiz.
Al presentar dicho proyecto, el rector subrayó que la Universidad no puede ser ajena a la realidad que viven millones de mujeres en México, incluidas las universitarias. Para fundamentar la creación del programa citó datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública de 2019, los cuales muestran que el estado de Puebla ocupa el quinto lugar nacional en presuntos delitos de feminicidio y su capital el noveno entre 100 municipios con este delito denunciado y catalogado así por la Fiscalía.
Además, de acuerdo con el Observatorio Con los Ojos Abiertos, respaldado por la Universidad Iberoamericana Puebla, el grupo de 11 a 25 años de edad es el que registra el mayor número de víctimas de violaciones en Puebla, justamente la edad de la comunidad estudiantil.
Con “Salva Vidas BUAP” se trata de crear un programa que atienda a las y los universitarios que vivan una situación de violencia y que de manera voluntaria acepten separarse de su entorno para ser atendidos y cuidados mientras se les proporciona el tratamiento necesario. A la par se llevarían a cabo los procedimientos legales para la detención de las personas victimarias.
Esparza Ortiz comentó que la idea surgió a raíz de la violencia de género que vivieron dos chicas en su entorno familiar, una de ellas estudiante de la BUAP, quien estuvo al borde del suicidio, situación en la que viven miles de mujeres en el país. “Esto nos hizo reflexionar en que lo único que no podemos hacer, es no hacer nada”.
Precisó que “Salva Vidas BUAP”, el cual no será una carga financiera para la Universidad pues se buscarán donativos, estará a cargo de una persona experta en materia de género y de seguridad; contará con una oficina de atención a víctimas de género, donde se integrará el expediente y se remitirán los casos a un comité multidisciplinario que valorará la pertinencia en el programa y el seguimiento integral de la víctima.
Como parte de las acciones, a la víctima se le protegerá en una casa de seguridad, en la cual se le dará atención psicológica o psiquiátrica, médica, nutricional, además de talleres ocupacionales, actividades deportivas y educativas, entre otras.
En cuanto al paro nacional “Un día sin nosotras”, consideró que es una muestra de la lucha de las mujeres en pro de la igualdad, así como por el miedo, la zozobra, la angustia y el enojo por la manera en que están siendo asesinadas y violentadas; pero también por todas las injusticias y desigualdades que viven día a día.
“La escalada de violencia de género manifestada en feminicidios, violaciones, hostigamiento y acoso sexual, discriminación y todos los tipos de violencia hacia las mujeres, ha derivado en una convocatoria nacional para el 9 de marzo, un día después de la conmemoración del Día Internacional de las Mujeres”, expresó.
Actualmente, dijo, “vivimos en una época de incertidumbre en muchos aspectos, y nos preguntamos frecuentemente qué pasará, hasta dónde se lograrán los cambios o hasta dónde llegarán algunos otros; estas preguntas son importantes, pero más importante es la empatía, la posibilidad se pensar, imaginar o sentir lo que experimenta otra persona cuando siente que nada tiene sentido, cuando se violenta su ser como sucedió en la historia que les compartí, cuando sea asesinada una hija, una amiga o una compañera de trabajo”.
Por ello, agregó, es fundamental que nos volvamos a tender la mano, que compartamos y dejemos a un lado los egoísmos, que recuperamos nuestra humanidad y salvemos en la medida de nuestras posibilidades la vida de quienes sienten que ya no es posible vivir.
Como último punto de acuerdo del Consejo Universitario, se aprobó respetar los requisitos establecidos en las convocatorias para el nombramiento de director de las unidades académicas, como se indicó en el dictamen de la Comisión Estatutaria de Legislación Universitaria.
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