La comunidad de bachilleres reafirmó su compromiso con el modelo de educación jesuita, mismo que llama a la construcción colectiva de futuros esperanzadores.
Primero fue el turno de las licenciaturas; ahora tocó a las prepas. La Ibero Puebla cerró una semana de bienvenidas con la inauguración del ciclo escolar 2022-2023 de sus bachilleratos en la capital poblana y Tlaxcala. Más de 500 estudiantes, muchos de los cuales pisaron el campus universitario por primera vez, fueron recibidos por Mario Patrón Sánchez.
En su mensaje, el rector reconoció los esfuerzos del cuerpo docente para llevar a buen puerto los procesos de aprendizaje, tanto en los entornos digitales como en el regreso progresivo a lo presencial. “Tenemos que reivindicar los aprendizajes que nos han dado estas etapas tan tenaces de la vida”. Uno de ellos se relaciona, precisamente, con el encuentro con la otredad.
Las preparatorias Ibero se suman a la campaña universitaria del ciclo escolar que inicia: Del cuidado personal al cuidado colectivo. Este paradigma busca reforzar las conciencias en el bienestar propio y de los demás, así como del entorno y la casa común.
Patrón Sánchez subrayó la vinculación de esta campaña con la coyuntura, marcada por el desgarramiento del tejido social y la crisis climática. “Vivimos en un México que se ha ido deteriorando en las últimas dos décadas debido a diversas violencias”. Con ello, convocó al alumnado a convertirse en agentes constructores de paz y de cuidado del planeta.
A directivos y profesores de los bachilleratos, el rector les solicitó mantenerse apegados al paradigma pedagógico ignaciano y convertir las aulas en espacios de reflexión sobre los efectos de la pandemia en los planos social y psicoafectivo. “La preparatoria se entendía como el espacio que los preparaba para la universidad. Hoy, yo digo que es un tiempo en el que construyen madurez y autonomía. Queremos estudiantes libres”.
Por su parte, Mónica Ayala Flores, coordinadora ejecutiva de las Preparatorias IBERO, aseguró que el año que inicia se traducirá en experiencias de vida que impactarán positivamente en el futuro. “Tenemos la misión de acompañarlos en este descubrimiento y transformación de ustedes mismos”.
Recordó que la misión de la formación ignaciana, hacer conciencia de la realidad para cambiarla, solo se puede lograr si se trabaja en equipo. Por ello, invitó a los estudiantes de nuevo ingreso a integrarse en nuevas experiencias; a los del periodo intermedio, a acompañar a sus nuevos compañeros; y a los de último año, a reafirmar sus saberes como ciudadanos para el mundo. “En la Prepa Ibero nos formamos con, por y para los demás”.
Finalmente, Alfredo Loranca Santos, director de la Prepa Ibero Puebla, refrendó el compromiso por formar a hombres y mujeres libres a través del trabajo colaborativo. “En las preparatorias Ibero estamos convencidos de que la participación estudiantil es fundamental”.
Dicho eje se vio reflejado en el protagonismo del alumnado en la ceremonia inaugural. En nombre de la comunidad estudiantil, Hanya Chamu Rubio, aseguró que la experiencia del bachillerato ignaciano provee de herramientas necesarias para construirse como personas, como los servicios social y laboral, así como las actividades extracurriculares. “No se esfuercen por encajar o ser diferentes: sean ustedes mismos”, aconsejó a los de nuevo ingreso.
El banderazo de salida contó con una ceremonia eucarística oficiada por integrantes de la Comunidad Jesuita de la Universidad. En dicho espacio, los sacerdotes invitaron a los jóvenes bachilleres a convertirse en ‘tierra fértil’ receptora de nuevas experiencias y conocimientos: “Con las manos abiertas y el corazón dispuesto, con otros compañeros, para servir a los demás”.