París, 6 Sep (Excélsior).- El documental también muestra a la cantante estadounidense Judy Collins ayudando a Cohen a superar el «miedo escénico» en plena interpretación. foto reuters
¿Una sola canción puede alumbrar la vida de un artista? Dos reconocidos documentalistas estadounidenses se atreven con el desafío en torno a la figura del cantante canadiense Leonard Cohen y «Hallelujah», una de sus obras más conocidas.
«Hallelujah, las palabras de Leonard Cohen» fue presentado este fin de semana en el festival de Deauville (norte de Francia), dedicado al cine estadounidense.
Leonard Cohen (1934-2016) se convirtió en uno de los poetas y cantautores más emblemáticos en lengua inglesa desde el arranque de su carrera, en la década de los años 1960.
Autor de clásicos como «Suzanne» o «So long, Marianne», amante apasionado de la poesía del español Federico García Lorca, Cohen no fue tan conocido como estrellas como Bob Dylan, pero su influencia musical fue considerable en el mundo anglosajón.
El dúo Daniel Geller y Dayna Goldfine, ganadores de varios galardones Emmy, apuestan por estudiar su figura sin caer en la biografía usual, a través de una canción cuya letra es una de las más bellas y enigmáticas de la larga producción de Cohen.
El proyecto requirió ocho años, y contó con el beneplácito del cantante.
«Para nosotros era importante contar con la bendición tácita de Leonard. Sin eso no nos hubiéramos atrevido a hacer la película», explicó a la AFP Daniel Geller.
El documental está trufado de imágenes inéditas, prestadas por la familia del autor y compositor. Entre esos tesoros, un video que muestra un joven Leonard Cohen en plena lectura poética, protagonizando sus primeras entrevistas, o tomando «selfies» con su cámara Polaroid.
Pero destacan ante todo los cuadernos personales del poeta y novelista.
«Tuvimos que esperar años para consultarlos», explica Dayna Geller.
«Son la prueba de lo que Leonard siempre dijo: que necesitó años para escribir esa canción, a lo largo de cinco cuadernos», explica.
Inicialmente su casa de discos, Columbia, rechazó «Hallelujah». Fue el propio Bob Dylan quien ayudó a popularizarla, y luego John Cale (1991) y Jeff Buckley (1994).
El documental también muestra a la cantante estadounidense Judy Collins ayudando a Cohen a superar el «miedo escénico» en plena interpretación.
En 1967, Cohen estaba cantando «Suzanne» cuando le entró un momento de pánico. Collins lo tranquilizó y lo convenció para que acabara de cantarla.
«Era un intérprete bastante atípico, con una voz atípica. No era una personalidad muy ‘rock’n’roll’… Y creo que ella lo ayudó a superar eso», explica la correalizadora.
A partir de esa larga gestación de «Hallelujah», el espectador contempla también el ansia de espiritualidad de Cohen, su desasosiego, la depresión que sufrió en silencio durante años.
«Antes de empezar el proyecto, yo pensaba que Leonard Cohen era un dios. Pero después de haber pasado ocho años escrutando su vida, está claro que era un hombre (…). Un hombre que se cuestionaba realmente. Cada día» explica Goldfine.
«Hallelujah» es «un viaje a través de la vida. Ese viaje que hacemos todos», completa Geller.