Una cueva en forma de caracol a dos horas de Puxcatán, Tabasco, entraña vestigios de los habitantes prehistóricos y mayas de la región.
En la cueva del Puyil, Municipio de Tacotalpa, un equipo del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) encontró vestigios de 29 individuos, dos de ellos tan antiguos que se remontan al periodo Arcaico (8000 al 2500 a.C).
En conferencia de prensa este martes en el Museo Nacional de Antropología, el arqueólogo Luis Alberto Martos, cabeza del equipo, dio a conocer el hallazgo, que se muestra en una exposición temporal en el recinto.
Según explica el investigador, la cueva presenta vestigios de tres habitantes del actual territorio de Tabasco correspondientes al periodo Arcaico y Preclásico Temprano (2500 a 1200 a.C.). Su uso ritual y el resto de las osamentas, no obstante, corresponde a los mayas.
«Es una cueva maya que fue utilizada principalmente en el Clásico Tardío, entre el año 600 y el 850 después de Cristo», detalló el especialista.
En el lugar, además de las osamentas, se hallaron objetos ornamentales y ofrendas rituales de cerámica y objetos como semillas de cacao, navajillas de obsidiana y hachuelas de piedra verde.
Una de las hipótesis que se siguen, explicó Martos, es que los habitantes del sitio arqueológico Tortugero, localizado a 25 kilómetros lineales de la cueva del Puyil, fueran quienes realizaban rituales ahí.
En 2004, el Grupo de Exploraciones Subterráneas de Tabasco, invitados por la comunidad de Puxcatán, hizo el primer recorrido de las cuevas. Tres años después, el equipo de Martos y el grupo de espeleólogos hicieron un nuevo recorrido por las 10 cámaras de la cueva, llamada Puyil por su semejanza con el caracol de tierra, «Puy», en tzotzil.
El arqueólogo destacó que la cueva sigue estando «viva», pues los habitantes de Puxcatán todavía la utilizan para realizar peregrinaciones para pedir la lluvia.
«La propia población sigue utilizando la cueva. Es una cueva que sigue estando vigente en los rituales», detalló.
Junto con la conferencia fue inaugurada la muestra Puyil, la cueva de los ancestros, que se conforma con algunas de las osamentas encontradas y los objetos de las ofrendas.
«Desde que las vimos, dijimos: ‘éstas son de museo'», dijo Martos sobre las deformaciones craneales de algunos individuos.
En el evento, que contó con la participación de la Secretaria de Cultura, María Cristina García Cepeda; el titular del INAH, Diego Prieto, y el Gobernador de Tabasco, Arturo Núñez, Martos también agradeció al Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav) del IPN y a la Universidad de Kiel por los estudios que permitieron determinar la antigüedad de los vestigios.
Con información de Reforma