La diputada Jazmín Jaimes Albarrán (PRI) propuso reformar diversas disposiciones de la Ley General de Educación, a efecto de enseñar el conocimiento básico sobre la agricultura a niñas, niños, adolescentes y jóvenes en edad escolar, como medio de subsistencia y autosuficiencia.
Mediante una iniciativa, turnada a la Comisión de Educación para su dictamen, propone reformar los artículos 18, 30, 113 y 133 de esa ley para considerar la educación básica agrícola en el contenido de planes y programas de estudio, con el propósito de armonizarla con la educación ambiental sustentable y así fomentar la agricultura compatible con el medio ambiente.
Establece que la orientación integral en la formación de la mexicana y el mexicano dentro del Sistema Educativo Nacional, deberá considerar el fomento de actividades agrícolas, e implementar la cultura de producción y autoconsumo.
Señala que la autoridad educativa federal tendrá como atribución intervenir en la formulación de programas de cooperación internacional en materia agrícola, al establecer que en otros países hay experiencias que se pueden adoptar para la actividad que se plantea.
Sugiere que el Consejo Municipal de Participación Escolar en la Educación estimule, promueva y apoye actividades de intercambio, colaboración y participación en aspectos agrícolas.
Explica que con una asignatura de enseñanza agrícola básica se instruirá a estudiantes, desde el nivel de educación primaria a media superior, sobre métodos de aprovechamiento para sembrar y cultivar frutas y verduras, y que utilicen estas técnicas para autoconsumo de alimentos y autoempleo.
Añade que la educación agrícola en las escuelas puede consolidar al campo para los años por venir y desarrollar de manera positiva el sector rural en México. Además, atraerá vocaciones, dará otra perspectiva a las nuevas generaciones en la actividad agropecuaria y agroindustrial y se tendrá un campo mexicano más fuerte y mejor capacitado para el futuro.
Con esta iniciativa se busca que las y los estudiantes aprendan esta digna actividad desde la escuela, como la educación física o los talleres culturales, e impulsar el trabajo en equipo en la comunidad estudiantil, hacerle partícipes en responsabilidades, ofrecerles la oportunidad de tomar decisiones, planificar, organizar, colaborar, evaluar y divulgar, generando incentivos personales en cuanto las plantas rindan frutos.
“Al fomentar que el trabajo en el campo no sea tomado como una actividad inferior, se contribuiría a luchar contra la desigualdad social y los prejuicios hacia el medio rural”, señala.
Foto: Cámara de Diputados