El presidente de Rusia, Vladimir Putin, se burló de la embajada de Estados Unidos en Moscú por haber colgado durante la semana pasada la bandera de la comunidad LGBT+, símbolo de la lucha por los derechos de la diversidad sexual, en su fachada.
Durante una videoconferencia, respondiendo a una diputada que le señaló que la embajada había colgado la bandera para el «Mes del Orgullo», Vladimir Putin preguntó con una sonrisa: «¿quién trabaja en este edificio? Dejémoslos celebrar. Esto dice algo sobre la gente que trabaja allí», continuó, según la televisión.
El presidente ruso firmó las enmiendas constitucionales aprobadas por los rusos durante un referéndum, entre ellas la institución del matrimonio como la unión entre un hombre y una mujer, que prohíbe de hecho el matrimonio homosexual. Sin embargo, Putin aseguró que su país no discriminaba a nadie por su orientación sexual y que la ley de 2013, que prohibía la «propaganda» homosexual entre los menores, se limitaba a impedir que esas relaciones se «impusieran» a los niños. Ekaterina Lakhova, una senadora del partido gobernante conocida por sus ideas conservadoras, denunció que los colores de la bandera LGBT+ se utilizaban para vender helados.
«Es indirecto, pero obliga a nuestros hijos a acostumbrarse a los colores, a la bandera que todos ondean, incluso en esta embajada», dijo. El embajador de Estados Unidos en Moscú, John Sullivan, dijo en Twitter el 25 de junio que «nuestra embajada despliega la bandera arcoiris en solidaridad», acompañado de un video de la bandera colgado de una fachada del edificio, en una una arteria muy frecuentada de Moscú. La embajada del Reino Unido también izó la bandera LGTB+.
Miembros de un grupo conservador ortodoxo protestaron ante la embajada, pisoteándola. La bandera es un símbolo de apoyo a los derechos de las minorías sexuales, ya que muchos habitantes de Moscú se han tomado selfies con la insignia al fondo. Nuevas reformas en Rusia entran en vigor el 4 de julio El presidente firmó el decreto para la entrada en vigor este mismo sábado de las enmiendas constitucionales aprobadas por casi el 78 por ciento de los votantes en plebiscito y que le permiten permanecer eventualmente en el Kremlin más allá de 2024, cuando expira su actual mandato.
«Las enmiendas a la Constitución de la Federación Rusa (…) entrarán en vigor el 4 de julio», señala el decreto publicado este viernes por el Kremlin. El propio Putin anunció la entrada en vigor «por voluntad de los ciudadanos» de los cambios a la Constitución de 1993, en una reunión con el grupo de trabajo que preparó las enmiendas. Sostuvo que «los cambios introducidos en la ley fundamental afectan a todos y a cada uno y, por eso, la palabra decisiva solo la podían tener los ciudadanos de Rusia.
Tomamos esta importante decisión juntos, todo el país, y esta se refiere a los valores y principios básicos que conforman la base del desarrollo futuro de Rusia y nos convierte en un solo pueblo, en un todo unido». Consideró que el resultado del plebiscito «muestra un alto nivel de consolidación de la sociedad en temas claves de importancia nacional» y pidió al Gobierno, a los jefes de las regiones rusas y a los parlamentarios trasladar el «valor» de esas enmiendas a los presupuestos, programas federales y proyectos nacionales.
¿Qué leyes ahora se aplicarán en Rusia?
Entre las modificaciones en la Carta Magna destacan la cotización anual de las pensiones de los rusos, el salario mínimo por encima del mínimo de subsistencia, la ratificación del matrimonio entre un hombre y una mujer, la prohibición de ceder territorio a otros países o la prevalencia de la Ley Fundamental sobre el derecho internacional.
Cada norma incluida en la ley fundamental no significa contemplación, sino acción, resaltó. Aparte de allanar el camino para la posible permanencia de Putin en el poder más allá de 2024, la nueva redacción de la Constitución rusa incluye una serie de enmiendas, 206 en total, sobre cambios en la vida política y social del país.
Esto decía el primer manifiesto en favor de la comunidad LGBT en México El 77.92 por ciento de los votantes apoyó el paquete de enmiendas a la Constitución rusa sometido durante una semana a un plebiscito que concluyó el miércoles, frente al 21.27 por ciento que lo rechazo. La participación fue del 67.97 por ciento del censo electoral, cifrado en 109 millones 190 mil 337 ciudadanos.
Milenio