En México los prestamos monetarios informales son mayores a los formales, pues existe una falta de inclusión financiera y dificultad para conseguir un crédito bancario, que lleva a las personas a acercarse a familiares, amigos o terceros para acelerar el proceso. Sin embargo, la informalidad también trae consigo distintas problemáticas, desde discusiones, cobros a la brava, distanciamiento y hasta el incumplimiento de la deuda, por ello, María Teresa Herrera Teague, egresada de la Licenciatura en Banca e Inversiones de la UDLAP y certificada como asesora en estrategias de inversión por la AMIB, brinda algunos consejos sobre el tema de prestamos.
Una emergencia, un nuevo proyecto, la liquidación de un pendiente y muchos otras cosas más hacen que los mexicanos necesiten pedir dinero prestado. Aunque las opciones son pocas (el banco, un familiar, un amigo o un conocido) las contrariedades son variadas, tanto para solicitar como para pagar. Un claro ejemplo son las instituciones bancarias, ofrecen distintas opciones para obtener un crédito de una forma segura, pero su tasa de interés puede verse elevada, su papeleo tardado, si no hay historial o comprobante de ingresos volverse un proceso difícil y el tiempo de pago extenderse demasiado.
Por ende, las personas suelen recurrir a familiares o amigos con posibilidades económicas, que los ayuden a salir del apuro, una acción que se puede volver tormentosa si no se hace en las condiciones adecuadas, como las explica la Lic. Herrera Teague, quien hacía la finalización de su licenciatura aprobó el curso para certificarse como asesor en estrategias de inversión por la Asociación Mexicana de Instituciones Bursátiles, AMIB. Lo primero recomendado fue formalizar el préstamo mediante un contrato; lo segundo es ofrecer o pedir una garantía, aval o un respaldo para estar cubierto ante cualquier incumplimiento, a la par genera confianza a los involucrados de que todo se concretará.
Una tercera sugerencia es tener cuidado con lo firmado, sobretodo si no es ante notario público, pues pese a haber una validez por la signatura, “lo difícil sería probar que estas dos personas realmente lo firmaron en el momento que se dice” o pueda haber algo turbio, explicó la egresada de la Universidad de las Américas Puebla. Asimismo, advirtió a no acercarse a los prestamistas o agiotistas, que tienen métodos extremos para cobrar el dinero, lo cual se volvería un dolor de cabeza además de tener que pagar. En caso de haber un incumplimiento, lo aconsejable para la Lic. Teresa Herrera es “tratar de resolver las cosas por las buenas, que lleguen a un acuerdo, siempre es posible hacer una reestructuración, es decir un nuevo plan de pagos (para que la deuda se liquide)”.
De última instancia sugirió el utilizar Finloop, aplicación para dispositivos móviles que permite a dos conocidos el formalizar un préstamo entre ambos, su sistema permite pactar el monto, el plazo, enviar recordatorios de pago, domiciliarlos, entre otros beneficios, explicó la egresada de Banca e Inversiones de la UDLAP, quien labora en esta empresa. “Nosotros les generamos un contrato con validez legal ante la secretaria de economía, cobramos por transacción y proceso de administración para formalizar estos créditos”.