Londres, 25 Abr (Hola!).- Este fin de semana, la agencia de de representación de Adele informaba de la separación de la artista con el que fuese su marido, Simon Konecki. La pareja, que contrajó matrimonio de forma secreta en 2016 tras cuatro años de relación, tiene un hijo, Angelo, que en octubre cumplirá siete años, y del que ambos están “comprometidos a criar juntos con amor”.
De esta forma, la británica, de 30 años, se enfrenta a un divorcio millonario que podría mermar considerablemente su fortuna, estimada en unos 170 millones de euros. Según señala el diario The Daily Mail, Adele y Konecki no firmaron un acuerdo de separación de bienes antes de contraer matrimonio, por lo que el imperio que la artista ha construido desde los inicios de su carrera se verían reducidos a la mitad.
La cantante, que vendió el pasado mes de febrero una propiedad de Reino Unido por 3,5 millones de euros y transfirió en enero a su todavía marido su propiedad de Los Ángeles, tiene otras cinco residencias: una mansión en Beverly Hills, valorada en 8,2 millones de euros; dos en Londres por valor de 8,5 y 2 millones de euros respectivamente; una en Kensington y otra en el suroeste de la capital británica. Algunas de ellas podrían ponerse pronto a la venta, ya que Adele ha decidido instalarse de forma regular en Estados Unidos, donde hace poco pudimos verla de fiesta junto a Jennifer Lawrence.
Lo cierto es que, a pesar de que no es un momento fácil para la intérprete de Hello, Adele está entusiasmada con esta nueva etapa y tiene ganas de volver «al mundo de las citas». «Está muy emocionada volviendo a hablar con hombres otra vez, está pasando por la fase del cortejo. Se siente atraída por otros hombres y acepta que la relación con Simon se ha terminado definitivamente, que no hay vuelta atrás. Le ha pedido incluso a sus amigos que le busquen posibles citas… aunque eso sí, no tiene ninguna prisa por meterse en algo serio demasiado pronto», ha revelado a The Sun uno de sus allegados.
Según narra el círculo más íntimo de la artista británica, el matrimonio llevaba «varios años viviendo separados». «Se trata de una situación muy triste… Adele y Simon han estado viviendo vidas separadas durante algún tiempo. Sus amigos sabían a ciencia cierta que esta vez las cosas no iban a solucionarse entre ellos dos. Han estado intentándolo durante años pero en algún momento tienes que aceptar que las cosas no funcionan».