Reanuda actividades la zona arqueológica de Yohualichan, informa INAH

Yohualichan es anterior a la Zona Arqueológica de El Tajín, y es el primer asentamiento totonaco donde se inició la arquitectura que caracteriza a esta cultura.

Bajo las estrictas medidas que marca la nueva normalidad, a fin de garantizar la seguridad de su personal operativo y de los visitantes, la Zona Arqueológica de Yohualichan, en Puebla, reabrió sus puertas al público. De esta manera, la Secretaría de Cultura del Gobierno de México, a través del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), continúa con la reapertura gradual y ordenada de los espacios culturales en esa entidad.

La Zona Arqueológica de Yohualichan (“La casa de la noche”, en náhuatl) es conocida, cronológicamente, como anterior a la de El Tajín, en Veracruz, y como el primer asentamiento donde se inició la arquitectura que caracteriza a la cultura totonaca.

El sitio puede recorrerse de martes a sábado, de 10:00 a 17:00 horas, siguiendo las medidas preventivas de carácter obligatorio: el visitante deberá portar cubrebocas desde su llegada al sitio y durante todo el recorrido, para protección del personal que le expedirá el boleto, así como del que revisa los mismos en los módulos de acceso; en el ingreso se aplicará alcohol gel y se hará la toma temperatura, en caso de que alguien presente síntomas de contagio se canalizará debidamente.

En todo momento, se deberá mantener una sana distancia estableciendo una separación entre personas de, al menos, 1.5 metros, excepto los niños, quienes deberán estar acompañados de un adulto.

El servicio de paquetería permanecerá cerrado y solo se permitirá el acceso con bolsos pequeños.

El sitio arqueológico se ubica en la comunidad de Yohualichan, a 30 minutos del municipio de Cuetzalan del Progreso, Puebla; para el acceso es necesario tomar la carretera federal Cuetzalan–Rayón, encontrando la desviación al poblado a mano izquierda.

La zona abarca aproximadamente dos hectáreas, en los que se distribuyen cinco edificios que, por sus formas arquitectónicas, tuvieron diferentes funciones; un juego de pelota de aproximadamente 90 metros, en forma de “I” y laterales verticales; un mirador y un espacio conocido como tumba; dos plazas de grandes dimensiones, únicas en su tipo en la Sierra Norte de Puebla, y un área botánica donde se puede apreciar la flora característica de la región.

Es muy importante que el público recuerde que aún estamos con una epidemia activa que nos pone en riesgo a todos, tanto a trabajadores como a visitantes, por lo que es de suma importancia respetar los lineamientos sanitarios y atender a las recomendaciones y señalamientos que el personal del INAH indique durante la estancia en estos espacios para disfrute de la sociedad.

diciembre 29, 2020 - 6:45 pm

Por: Staff

Cultura

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