La cifra de menores de edad que se encuentran retenidos en albergues en Estados Unidos rompió un nuevo récord.
Hasta el 15 de noviembre había 14 mil 30 menores en los refugios de todo el país, casi tres veces más que el año pasado, según un reporte federal publicado por el diario Houston Chronicle.
Esta cifra es casi tres veces el número de menores detenidos que el año pasado.
De ellos, cinco mil 400 es decir 39 por ciento se encuentra en Texas.
El número de infantes en este escenario se incrementó durante el verano, después de que la política de cero tolerancia encabezada por el presidente, Donald Trump, que promueve la separación de padres e hijos en la frontera sur de Estados Unidos.
El informe agregó que actualmente se coloca a más niños en albergues que en libertad, pues la tasa de salida de los centros disminuyó uno por ciento.
Incluso los menores que se encuentran en esta situación deben lidiar con retrasos burocráticos.
El tiempo de espera en los centros de detención se ha incrementado.
Durante 2016, el promedio de estancia fue de 35 días, para el año siguiente, de 48.
Para junio de este año se había incrementado en 59 días y para agosto ya era de 75.
En abril pasado, Washington puso en marcha la política de tolerancia cero como una forma de responder a la inmigración ilegal en su territorio.
En junio pasado, el presidente Donald Trump determinó reunificar a mil 800 niños con sus familias o tutores, tras un fallo judicial de California.
No obstante, en ocasiones no es posible devolverlos a sus familiares ya que no siempre se encuentran en territorio estadunidense.
Algunos de los padres fueron detenidos al intentar entrar a ese país, o bien otros solicitaron asilo en la frontera al huir de la violencia de sus países de origen.
Es el caso que se vive en el centro de detención de Dilley, Texas, donde se retuvo a unas 40 familias por cuatro meses tras las reagrupaciones ordenadas por la Corte.
Unas 30 familias fueron puestas en libertad la semana pasada.
Sin embargo, no todos han corrido con la misma suerte.
Seguimos sufriendo porque no quieren liberarnos”, dijo Wendy, una salvadoreña que llegó a Estados Unidos en mayo junto con su hija de nueve años.
Wendy, quien pidió no se publicara su apellido por temor, fue separada de su hija y no volvió a verla sino casi dos meses después.
AUTORIDADES REVICTIMIZAN
Además de la espera en malas condiciones dentro de los albergues, los menores reciben malos tratos por parte de servidores públicos.
Estás en la Corte porque el gobierno de Estados Unidos afirma que no eres ciudadano. Estás aquí violando la ley”, reclamó el juez Chris Brisack a uno de los menores procesados.
Un proceso judicial de este tipo puede tardar años.
No obstante, servidores públicos de ese país reconocen la situación.
El número de familias indocumentadas y menores no acompañados es un síntoma de un problema más grande: el roto sistema migratorio. Los peligrosos viajes que hacen solos los hacen vulnerables al tráfico de personas, explotación y abuso”, expuso Evelyn Stauffer, vocera del Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS, por sus siglas en inglés) de la Unión Americana.
En el mismo sentido, Bob Carey, supervisor de detención de menores de la HHS declaró:
Estos niños, que han huido de los países más violentos del mundo, han pasado por traumas, robo y cualquier tipo de explotación”.
Dani Bennett, vocero del Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés), dijo que la dependencia vigila la salud, la seguridad y el bienestar de los migrantes a su cargo.
Indicó que el ICE proporciona atención médica integral, incluyendo enfermeras, asesores en salud mental, doctores y atención de emergencias las 24 horas.
Con información de AP y CNN