Carlos Fuentes fue el último eslabón de los escritores nacionalistas y a la vez universales. Esta tarde, en el día de su cumpleaños, amigos, colegas y familiares se juntaron en la Sala Manuel M. Ponce en su memoria.

«Porque después de Reyes, de Paz y de Fuentes se acabó la estirpe de quienes pudieron ser tan nacionales y tan provechosamente universales», dijo Gonzalo Celorio, escritor y amigo de Fuentes.

Aunque no aparecía en el programa, Cecilia Fuentes Macedo, la hija mayor y la única viva, fue la primera en tomar la palabra desde un atril lateral, colocado a un costado de la mesa de los oradores.

Cecilia leyó el fragmento en el que Fuentes habla de sus hijos en su libro «En esto creo».

«Nuestros hijos son los fantasmas de nuestra descendencia», leyó Fuentes Macedo.

En el texto, Fuentes destaca el valor que sus hijos le dieron a su vida, aunque sólo hubieran estado con él un día.

«De parte de Carlos, Natasha y yo. Feliz cumpleaños, papá», le dijo.

Vicente Quirarte, escritor y miembro de la Academia Mexicana de la Lengua, se dedicó a hablar de la faceta de Fuentes como escritor de literatura fantástica, en obras como «Los días enmascarados» y «Aura».

Georgina García Gutiérrez, estudiosa de la obra de Fuentes, abordó su infancia y su temprana determinación a ser escritor, además de su destreza para describir a la Ciudad de México de mediados del siglo 20.

Javier Garciadiego, historiador y ex director del Colegio de México, moderó la mesa.

Silvia Lemus, viuda de Fuentes, llegó con 50 minutos de retraso a causa de una marcha.

Fuente: Reforma