El académico mexicano Juan José Arreola fue una figura importante para la literatura mexicana e hispanoamericana tanto en su labor como escritor en la década de los cuarentas y cincuentas, como por su trabajo de promotor de talleres literarios y formador de escritores.
Así lo explicó el profesor Pablo Brescia, durante el conversatorio “A 100 años de Juan José Arreola”, en el que se habló de la importancia del autor jalisciense en la literatura latinoamericana del siglo XX.
En la charla que se ofreció de manera previa al centenario del nacimiento de Juan José Arreola también participaron, dentro del Sotocoro, en el Claustro de Sor Juana, los especialistas Sara Poot Herrera, María José Rodilla y Rafael Olea, quienes invitaron a conocer el trabajo del destacado mexicano.
“Me parece que es importante tener memoria de esa gente que realmente ama la literatura, en este caso Juan José Arreola, y que ayuda a los demás a lograr las metas que se propone”, señaló Brescia.
Consideró que su principal legado es el amor por la palabra, además de que dejó en claro que la literatura es libre y puede tratar todos los temas, sin tener que tratar ninguna causa política o algún nacionalismo.
Más bien, dijo, tuvo un amor por el arte y a partir de ahí se pueden imprimir las diferentes cuestiones.
Durante el encuentro, el profesor señaló que es fundamental recordarlo a él y lo que dejó, no sólo en su obra, sino en las generaciones de escritores que crecieron en sus talleres, que lo vieron.
“Él trabajaba con los textos de ellos y realmente profesionalizó la literatura en México, que tiene una tradición sólida del siglo XX y ahora en el siglo XXI, en parte por el trabajo de Arreola”, platicó.
La única novela de Juan José Arreola fue “La Feria” (1963), la cual “es muy atípica, es muy lindo leerla, porque tiene mucho humor, oralidad del juego mexicano, del albur; mientras que en su ‘Confabulario’ (1952) están sus mejores piezas breves, que son riquísimas y divertidas”.
Por su parte el profesor del Colegio de México, Rafael Olea aseveró que es fundamental recordar la amplia variedad de su literatura y que el centenario sirva para dos propósitos fundamentales.
Uno, para que varias de sus obras pasadas tengan reimpresiones y segundo, para que se sepa que hay una literatura muy rica, variada.
“Los homenajes tienen en ese sentido fundamental, que volvamos a la lectura de los grandes escritores como él”, opinó.
Cree que de toda la labor de Arreola lo que más resalta es la renovación de la literatura mexicana a partir de la segunda mitad del siglo XX, pues introdujo nuevas formas de escritura y temas que no estaban vigente, porque estaba un ciclo narrativo de la Revolución Mexicana.
Por lo que Juan José Arreola, fue, junto con otros escritores, de los que renovó la literatura, con temas de lo que ahora se conoce como intertextualidad, por ejemplo componer un texto a partir de citas.
“Puso en la actualidad urbana, la literatura de carácter heróico y medieval, como lo hizo en una reputación o diversos de varias naturalezas, como su novela fragmentaria ‘La Feria’, que exigen la coparticipación del lector para completarse”, indicó Olea.
En sus talleres literarios apoyó a diversos jóvenes escritores que pasaron por su enseñanza y que recuerdan con gusto, que era exigente en la forma de trabajar.
“Las compilaciones que hizo como la Lectura en voz alta, podría retomarse fácilmente ahora, prácticamente 50 años después de haber aparecido por vez primera, para la enseñanza de la literatura en las escuelas; es una selección muy recomendable”.
En su intervención, la profesora Sara Poot Herrera afirmó que Arreola es un recuerdo viviente, ya que fue una propuesta cultural, no sólo literaria, muy moderna, en el fragmentarismo, la oralidad y la intertextualidad.
“Él publicó a Elena Poniatowska, a José Emilio Pacheco, Carlos Fuentes, Sergio Pitol, Fernando del Paso, a escritores que empezaban; su literatura y lectura estaban al servicio del otro”.
“Él te sugiere y tú te inventas un mundo, entonces con la sugerencia de una línea tienes a un mundo representado; era el más puro y servidor del amor por la palabra”, recordó.
También esta profesora recordó que la UNESCO declaró al 2018 como el año de Juan José Arreola “él necesita a muchos lectores para divertir, pensar que vale la pena vivir, leer y gozar”.
Finalmente María José Rodilla, especialista en literatura medieval y contemporánea, aprovechó ese espacio para hablar del bestiario de Arreola, y lo relacionó con las cuestiones medievales.
“Muchos son los autores de los siglos XX y XXI que han sido tentados por la edad media y los han reescrito, que han actualizado en novelas, cuentos, poemas, bestiarios o manuales de apología fantástica”, indicó.
Comentó que la seducción por la edad media revela su vocación frustrada de un narrador de cuentos, también contó una admiración por la poesía medieval y otros géneros.
Pero donde mejor muestra su fascinación es en los bestiarios “ante la contemplación de los animales del zoológico de Chapultepec, parece establecer un diálogo con el prólogo del manual de zoología fantástica de Jorge Luis Borges, cuando éste habla del niño que por primera vez va al lugar.
“A pesar de ver la desatinada variedad del reino animal, se deja seducir por ellos, vuelve una y otra vez, para que Arreola pase del jardín zoológico real al de las mitologías y de los sueños, no para crear monstruos, sino para encantarse con ellos, componerlos poéticamente y también para desencantarse”, narró.