Fuente: REUTERS
El presidente estadunidense Donald Trump y los líderes republicanos del Congreso dijeron el sábado que trabajarán en 2018, año de elecciones legislativas, en una reforma a la ley de inmigración y al gasto en infraestructura, pero que un cambio en materia de seguridad social posiblemente tenga que postergarse.
Trump y legisladores republicanos -como el líder de la mayoría del Senado, Mitch McConnell, y el presidente de la Cámara de Representantes, Paul Ryan- se encuentran reunidos para definir su agenda, en un año que estará marcado por las elecciones de la mitad del mandato del magnate inmobiliario.
Respondiendo a preguntas de periodistas tras las reuniones del sábado, Trump dijo que planeaba participar activamente en las actividades de campaña de los candidatos republicanos.
«Quieren que participe y que participe mucho», dijo el mandatario en Camp David, Maryland, sobre una supuesta petición de los líderes de su partido.
El partido que controla la Casa Blanca normalmente pierde escaños en la primera elección de legisladores después de una elección presidencial. Si a esto se suma que los índices de aprobación de Trump son relativamente bajos, las chances de una derrota republicana en las urnas podrían aumentar.
El 19 de enero es el plazo final para la aprobación de una ley que impida una paralización de las actividades del gobierno. La Casa Blanca ha dicho que sus próximas prioridades son un plan de inversión en caminos, puentes y otras infraestructuras.
Los republicanos además quieren llegar a un acuerdo sobre la política migratoria, que incluya revisar las protecciones para cientos de miles de adultos jóvenes que fueron llevados ilegalmente a Estados cuando eran niños.
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La reforma a la seguridad social es prioridad para Ryan y otros representantes republicanos. Trump dijo que se estaba revisando el tema y que la meta era un acuerdo entre ambos partidos pero que, si eso no es posible, los esfuerzos podrían tener que dejarse para después.
El presidente dijo también que quiere un pacto bipartidista sobre una reforma migratoria, pero que la realidad es que ambos lados están muy lejos de llegar a un acuerdo.
Los demócratas no quieren financiar el muro en la frontera con México que persigue Trump, mientras que los republicanos quieren que cualquier pacto que proteja a los niños «Dreamers» -hijos de inmigrantes ilegales- incluya una mayor seguridad fronteriza.
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