El sistema electoral mexicano no necesita de una reforma electoral que podría convertirse en un retroceso democrático de más de 30 años, a pesar de que existen algunas reformas legislativas que sí hicieron falta en el pasado proceso electoral, expresó el consejero Uuc-kib Espadas Ancona.
“Tenemos lo que peleamos sobre décadas, que son autoridades electorales autónomas y una fortaleza institucional que es lo que hoy nos permite garantizar a los ciudadanos que los votos se cuentan y cuentan”, abundó.
Ante medios de comunicación locales y nacionales estimó que el país cuenta con un servicio electoral de primer mundo que nada tiene que pedir, pero sí mucho que enseñar a otros países y eso es producto en gran parte de la autonomía que ha costado literalmente sangre, sudor y lágrimas.
Dijo que el Instituto no sólo ha demostrado su capacidad para organizar elecciones con profesionalismo, sino que hoy cuenta con el respaldo de la ciudadanía, gracias en gran medida a la autonomía de los órganos electorales que a pesar de que se discuta, nuevamente llegará a la misma conclusión.
“Mi visión de una reforma sería reformista, no revolucionaria, es decir, hay cosas que cambiar, pero la continuidad de los órganos autónomos es fundamental. Ninguna reforma que implique la destrucción de la experiencia acumulada, un retroceso en los avances democráticos que se han cristalizado en el INE sería una reforma pertinente”, puntualizó.
Finalmente, a pregunta expresa sobre una reforma que proponga la desaparición de los legisladores plurinominales, estimó que esto implicaría un retroceso democrático de 104 años que nos colocaría en la posibilidad de que un tercio de la población pueda definir el total de la representación nacional, por lo que consideró que podría ser incluso peor que acabar con la autonomía electoral.