Más de 100.000 personas han muerto en Gran Bretaña por el coronavirus, un año después del comienzo del brote más mortífero en Europa, mostraron el martes cifras del gobierno.
Gran Bretaña es el primer país de Europa y el quinto en el mundo en alcanzar esta cifra después de Estados Unidos, Brasil, India y México, y es por amplio margen el menor de esos países. Estados Unidos ha registrado más de 400.000 muertes relacionadas con el virus, el mayor total en el mundo, pero su población de 330 millones es casi cinco veces la del Reino Unido.
En todo el mundo, más de 2 millones de personas han perdido la vida por dicha enfermedad.
El total británico es más del doble de las personas muertas por bombas alemanas en Gran Bretaña durante el Blitz de 1941-1941 y 30.000 más que el número total de civiles británicos muertos durante los seis años de la Segunda Guerra Mundial.
En parte, Gran Bretaña ha sufrido por factores establecidos como altos niveles de padecimientos como obesidad y problemas cardiacos
Pero decisiones tomadas durante la pandemia también tuvieron su papel. Muchos científicos acusan al gobierno del primer ministro Conservador Boris Johnson de esperar demasiado para imponer un encierro en marzo cuando las infecciones aumentaban exponencialmente. Muchos epidemiólogos dicen que actuar una semana antes pudiera haber reducido las muertes a la mitad.
Como en otros países europeos, los casos cayeron en el verano, pero volvieron a dispararse. Una variante más contagiosa identificada en Inglaterra contribuyó a empujar las infecciones a sus niveles más elevados y forzó un nuevo encierro.
También el martes, Gran Bretaña consideraba la posibilidad de pedir a todo el que llegue del extranjero a colocarse en cuarentena en un hotel a su propia expensa, a fin de frenar la propagación de la nueva variante del coronavirus.
El ministro para vacunas Nadhim Zahawi anunció que el martes habrá una conferencia de prensa para anunciar restricciones de entrada al país. La BBC reportó que ciudadanos británicos y viajeros procedentes de África del sur y de América del Sur, así como Portugal, tendrán que quedarse en un hotel por 10 días a cuenta propia.
El uso de hoteles para cuarentenas en la era del coronavirus es ya una práctica establecida en países como Australia, Nueva Zelanda, China, India y Singapur, pero no en Europa.
Zahawi no dio detalles del anuncio por venir, pero afirmó que limitar la entrada al país “es lo correcto porque … a medida que vamos vacunando a la población adulta, si surgen variantes como la de Sudáfrica o la de Brasil, debemos tener mucho cuidado”.
La oposición y varios funcionarios de salud pública han criticado al gobierno conservador británico por no haber cerrado las fronteras al inicio de la pandemia.
Las normas de confinamiento actuales, impuestas para frenar la nueva variante más contagiosa identificada inicialmente en el sudeste de Inglaterra, prohíben a los británicos salir al exterior para vacaciones, aunque se permiten los viajes indispensables.
Los que llegan del exterior están obligados a permanecer en aislamiento, pero la norma no se hace cumplir estrictamente.
El exsecretario de salud Jeremy Hunt estimó que el problema principal es que mucha gente que ya está en Gran Bretaña no acata las normas de aislarse.
“Creo que el gran problema no son las 10.000 personas que llegan al Reino Unido cada día sino las 30.000 que ya están dentro del país y que tienen la obligación de aislarse y no lo hacen”, expresó Hunt a la BBC.
Con información de AP