Los ciudadanos británicos se mantienen pendientes de la decisión que tomen la noche de este martes los legisladores sobre si respaldan o rechazan el acuerdo de la primera ministra Theresa May para abandonar la Unión Europea (UE), que se conoce como el Brexit.
El llamado «voto significativo» de los parlamentarios se llevará a cabo este martes 15 de enero alrededor de las 19:00 GMT, en donde también podrán sugerir enmiendas que podrían reformular el acuerdo antes de que comience la votación.
May se dirigirá a su gabinete la mañana de este martes, antes de que se reanude el debate a la hora del almuerzo.
Pero muchos parlamentarios conservadores y los unionistas demócratas siguen firmemente opuestos al acuerdo.
Unos 100 diputados conservadores y los 10 diputados del Partido Unionista Democrático podrían unirse al Partido Laborista y los otros partidos de la oposición para rechazarlo, destacó la cadena brtánica BBC.
El acuerdo sufrió una fuerte derrota en la Cámara de los Lores el lunes por la noche, cuando sus colegas respaldaron una moción laborista por 321 votos contra 152.
Si los parlamentarios rechazan el acuerdo, May tiene tres días de sesión para regresar al Parlamento con un «Plan B».
Algunos han sugerido que irá a Bruselas este miércoles para intentar obtener más concesiones de la UE, antes de regresar a la Cámara de los Comunes para dar una declaración sobre su nueva propuesta para el próximo lunes. Esto podría ser sometido a votación por los diputados.
Si esto también falla, hay una propuesta presentada por los veteranos conservadores superiores Nick Boles, Sir Oliver Letwin y Nicky Morgan para un «Proyecto de Ley Número 2 de Retirada de la Unión Europea». Esto daría a los ministros otras tres semanas para idear otro plan y aprobarlo en el Parlamento.
En tanto, la primera ministra británica Theresa May hizo este lunes su último intento para convencer a los diputados de la necesidad de aprobar su plan para la salida de Reino Unido de la Unión Europea (UE), a un día de la crucial votación en la Cámara de los Comunes.
“Pido a los diputados que consideren las consecuencias de sus acciones sobre la fe de los británicos en nuestra democracia”, dijo May a su paso por una fábrica en la localidad de Stoke, donde dos terceras partes de los habitantes votaron a favor del Brexit durante el referéndum de 2016.
El esfuerzo de la jefa de gobierno británica se da mientras surgen versiones de que la UE se estaría preparando a ampliar al mes de julio la fecha de salida de Reino Unido, ante la oposición al plan que será votado este martes, señala la edición de The Guardian.
May, quien ha intensificado sus contactos con la UE en busca de nuevas garantías que permitan calmar las suspicacias de los diputados, insistió en que el acuerdo negociado por su gobierno para la lograr la salida de Reino Unido del bloque europeo es “el único posible”.
Advirtió de los riesgos de que haya una “parálisis” en el Parlamento, planteando incluso la posibilidad de que no haya Brexit el 29 de marzo de 2019, según medios británicos.
Recordó que hay tres opciones sobre la mesa: Brexit con acuerdo, Brexit sin acuerdo y no Brexit.
“Sin un acuerdo no tendríamos ningún plazo de aplicación, ninguna cooperación en materia de seguridad, ninguna garantía para los ciudadanos británicos en el extranjero, tampoco ninguna seguridad para las empresas y los trabajadores de todo Reino Unido”, explicó.
Además, “habría cambios en la vida cotidiana que pondrían en peligro el futuro de nuestro país”, agregó.
“Y sin Brexit, no he dicho, nos arriesgaríamos a una subversión del proceso democrático. La manera de cerrar ambas vías a la incertidumbre potencial es clara; corresponde a los parlamentarios respaldar el acuerdo que el gobierno ha negociado”, aseguró.
La jefa del gobierno británico, que ha reconocido que su pacto “no satisface a todos, recordó sin embargo que es el “único que está sobre la mesa” y advirtió que de ser rechazado, la suspensión del Brexit sería “incluso más probable” que un Brexit sin acuerdo.
Por ello lanzó un último llamado a los diputados a que apoyen su plan para la salida del país de la UE, “sopesando las consecuencias que sus actos pueden tener sobre la fe de los británicos en la democracia”.