El Festival Afrocaribeño celebra 25 años de su nacimiento con un encuentro académico y artístico que se ha desarrollado desde el 14 de octubre en Yanga, Tamiahua, Boca del Río y el puerto de Veracruz. A decir de la directora del Instituto Veracruzano de la Cultura (IVEC), Silvia Alejandre Prado, el programa planeado para esta edición no tuvo modificaciones.
En entrevista la funcionaria mencionó que “en esta edición hacemos uso de la tecnología para controlar el acceso y evitar aglomeraciones. Con esta versión hibrida conocemos nuevos públicos, es una de las bondades de la tecnología. Aunque nada como bailar en vivo”.
“La pandemia nos llevó a reconvertirnos, tenemos una plataforma de repositorios. En un mes teníamos más de 1500 contenidos digitales de todo tipo. Abrimos series como ‘Artistas en tu espacio’ que ha sido muy exitosa.”
De manera que, en colaboración con el Programa Nacional de Investigación Afrodescendientes y Diversidad Cultural de la Coordinación Nacional de Antropología del INAH y con la Universidad Veracruzana, para esta edición se contó con la participación de especialistas como María Elisa Velázquez, Rafael Castañeda, Doris Careaga, Gabriela Iturralde, Julieta Jiménez, Samuel Aguilera, Álvaro Alcántara, Donají Méndez, Rosa María Castro, Rosa María Hernández Fitta, Luis Antonio Rodríguez, André Lo Sánchez y Gabriela Iturralde
El análisis y las reflexiones derivados a 25 años de los primeros encuentros académicos, permiten conocer que muchas de las personas afrodescendientes ya se identifican como tales y se han organizado en sus comunidades para rescatar sus historias y reconocerse como parte de esa cultura, como es el caso de Tamiahua.
En su oportunidad María Elisa Velázquez hizo un balance tanto de los avances que logrados, como de las acciones pendientes o caminos a seguir “De contar y describir la compra y venta, del comercio de personas esclavizadas del continente africano, que caracterizó a los primeros estudios históricos en México, o por lo menos los trabajos que se presentan en los años de los 90, hemos pasado a tratar de entender las diversas experiencias que estas miles de personas vivieron y las formas que utilizaron para conseguir la libertad y mejores condiciones de vida, especialmente se han documentado las posibilidades de obtener la libertad y las aportaciones económicas en oficios y en múltiples actividades”, hacen faltan investigaciones sobre las complejas relaciones que se llevaron a cabo entre poblaciones indígenas, africanas y españolas en distintos espacios de socialización, puertos, haciendas, ciudades, centros mineros, ranchos, etcétera.
Reconoció la aportación del concepto de la tercera raíz creado por el antropólogo Bonfil Batalla y del programa cultural denominado “Nuestra tercera raíz”, “que tuvo una trayectoria muy importante, pero hemos avanzado y tenemos nuevas formas de entenderlo, como se observa en este festival”.
Mencionó que en los primeros encuentros se estudiaba de manera específica a los esclavos negros, mientras que conforme han pasado los años ya se han considerado tanto a las mujeres, como a niñas y niños, por ser de gran importancia para la reproducción cultural de las sociedades.
Entre otros temas reconoció que “Hemos comenzado a comprender que la esclavitud en cualquiera de sus variantes, implicó la sujeción y el sometimiento y que en este sentido no es posible hablar de esclavitudes buenas o malas, mejores o peores, pero si de distintas experiencias y posibilidades de entablar vínculos más cercanos de libertad, movilidad o acceso al conocimiento”.
Mientras que la titular del IVEC confirmó que “después de 25 años hay logros importantes como que la población afromexicana está reconocida en el texto constitucional y en el censo de población y vivienda”.
“Este festival es un diálogo que se abre para reconocernos a nosotros mismos, como el pueblo mestizo que somos, resultado de una mezcla de culturas. Todos tenemos un abuelo blanco y un abuelo negro, como dice Neruda. Y por supuesto una raíz indígena. Los veracruzanos nos reconocemos en estos ritmos y estos sones. ‘Yo reconozco que mi tercera raíz está en Tamiahua’”.
Asimismo, destacó el “logro legislativo que impulsó la senadora Susana Harp Iturribarría, quien con éxito consiguió el reconocimiento constitucional de los pueblos y las comunidades africanas en el país”, por lo que en el marco inaugural del festival se le entregó la Medalla Gonzalo Aguirre Beltrán el viernes 15 a las 17:00 horas.
Luego de la ceremonia en la que se le entregó la presea, dijo que le significa “un profundo honor y una gran emoción. Seré la portadora de esta medalla, pero la tomo por todas las paisanas y paisanos que han trabajado por este momento. Hablo del reconocimiento constitucional más todo el trabajo que se viene adelante”. “Son más de 20 años que las comunidades pedían y esperaban este reconocimiento constitucional”. Esta ley entró en vigor el 10 de agosto de 2019.
Mencionó que se trabaja en algunos estados para la armonización de esta ley en diversas entidades, ella también propuso la armonización a dos leyes federales, educación y migración, mismas que las comunidades han solicitado que se atiendan.
En cuanto al programa creativo y artístico, esta edición abrió con la apertura de la muestra Gráfica Cimarrón, conformada por una selección de estampas elaboradas por niñas, niños, jóvenes y artistas en el Centro Cultural Cimarrón, espacio fundado en 1995 en la localidad de El Ciruelo, en Oaxaca. Curada por el Museo Nacional de Culturas Populares.
La exposición busca rescatar la memoria de los pueblos afrodescendientes. La reimpresión de las placas originales se realizó en el taller de gráfica de La Curtiduría, centro de artes visuales ubicado en San Felipe del Agua en Oaxaca.
En cuanto a la música y sus representantes la primera agrupación en presentarse fue Mono Blanco, fundada en 1977 y dirigida desde entonces por el músico Gilberto Gutiérrez Silva. Los asistentes pudieron disfrutar del concierto de son jarocho y una muestra de zapateado tradicional.
Otras destacadas agrupaciones que se han presentado durante los primeros días del XXV Festival Afrocaribeño son Chongo Prudente y La china sonidera, de Oaxaca, así como Pregoneros del recuerdo que interpretan son veracruzano de raíz cubana.
Es de destacarse que las y los asistentes se han apegado a los protocolos indicados para minimizar riesgos de contagio, de forma que usan permanentemente el cubrebocas y se aplican gel antes de ingresar a los recintos, de igual forma les es tomada la temperatura. Personas adultas e infancias se dan cita para gozar y bailar al ritmo de la música que se les ofrezca en cada uno de los escenarios que dan espacio al tan entrañable Afrocaribeño y a sus representantes.
Los 14 recintos culturales coordinados por el IVEC que se ubican en Papantla, Orizaba, Tlacotalpan, Veracruz, Xalapa y Boca del Río ya están abiertos y cuentan con una oferta de actividades variada y atractiva. Mientras estuvieron cerrados se rehabilitaron.
El IVEC extiende la invitación a conocer y disfrutar de la herencia musical y dancística de las comunidades afrodescendientes de nuestro país a través del variado programa de presentaciones artísticas del festival; el acceso a todas las actividades es gratuito, con cupo limitado y siguiendo las medidas sanitarias recomendadas por las autoridades, como el uso del cubrebocas y la sana distancia. Las personas interesadas en asistir podrán reservar su entrada un día antes de cada evento, a partir de las 10:00 horas, a través de la plataforma Boletópolis en https://bit.ly/BoletosAfrocaribeno2021.
Consulta el programa completo del XXV Festival Afrocaribeño en la página oficial del IVEC: www.ivec.gob.mx y las redes sociales @IVECOficial, @AfrocaribenoVer, @CentroCulturalAtarazanas y @ExCBetlehemita.