La renuncia de Evo Morales a la presidencia de Bolivia cerró este domingo un proceso de tres años y ocho meses en el que la meta de lograr el cuarto mandato abrió la puerta a las fuerzas opositoras, que al final obtuvieron la salida del primer mandatario indígena de este país.
A continuación una cronología de los hechos:
2016
Febrero.- Los bolivianos van a referéndum y responden con 51.3 por ciento de los votos depositados que Morales no debe reelegirse para un cuarto mandato. Rechazan modificar en ese sentido la Constitución.
2017
Noviembre.- El Tribunal Supremo Electoral analiza la norma constitucional de 2009 que permite solo dos mandatos constitucionales al hilo, y determina que viola los derechos humanos, lo que permite a Morales y al vicepresidente Álvaro García Linera buscar una nueva reelección.
2018
Octubre.- Carlos Mesa, quien dejó el poder en elecciones a Morales en enero de 2006, anuncia su candidatra presidencial al frente de la alianza Comunidad Ciudadana.
2019
Agosto.- A dos meses de las elecciones presidenciales se desata una crisis de alcance global por el incendio en la selva amazónica, parte de la cual se ubica en Bolivia. A pesar de la diligente respuesta gubernamental, surgen críticas que atribuyen los incendios a la legalización de las quemas controladas. Los cuestionamientos afectan la preferencia del voto de Morales.
20 Oct.- La ciudadanía boliviana acude a las urnas con Morales y Mesa como opciones principales. En los primeros recuentos por la noche, el mandatario sumaba 45.28 por ciento de los sufragios y Mesa 38.16 por ciento.
La ley boliviana exige para ganar en primera vuelta 50 por ciento de los votos más uno, o una diferencia de 10 puntos en caso contrario.
21 Oct.- En nuevas cifras del conteo a cargo del Tribunal Supremo Electoral, la diferencia entre ambos aspirantes se amplía a 10.14 puntos con el 95.63 por ciento de votos escrutados, con lo que se evita la segunda vuelta.
En la tarde, Mesa denuncia fraude electoral e inician las manifestaciones de descontento en oficinas regionales del tribunal electoral.
22 Oct.- Organizaciones sociales, políticas y gremiales comienzan a cuestionar los resultados electorales y se convoca a huelga general indefinida.
Por su parte, la OEA anuncia que auditará el proceso electoral mientras el canciller Diego Pary ofrece a la Unión Europea (UE) la revisión del proceso, acta por acta electoral.
23 Oct.- Morales denuncia que la huelga general es un intento de golpe de Estado por parte de la derecha de Bolivia. Comienzan enfrentamientos entre partidarios y opositores del mandatario, mientras Mesa insiste en la existencia de fraude y llama a la segunda vuelta.
24 Oct.- La Organización de Estados Americanos (OEA) recomienda realizar la segunda vuelta.
25 Oct.- El tribunal electoral informa que Mesa sumó 36.51 por ciento de los sufragios en la jornada del domingo 20, mientras Morales alcanzó 47.08 por ciento, informe que aviva el descontento.
31 Oct.- Una comisión técnica de la OEA inicia los trabajos de la auditoría electoral que solicitó el gobierno boliviano.
1 Nov.- Se firman los resultados electorales que confirman la reelección del mandatario en primera vuelta. A nivel nacional crece la inconformidad, mientras Estados Unidos, la UE, Colombia y Argentina, se suman a la OEA en la petición de segunda vuelta.
2 Nov.- Dirigentes de los comités cívicos, organizaciones de alcance regional tradicionalmente opuestos a Morales sobre todo el de Santa Cruz de la Sierra, el centro económico del país andino, piden la renuncia de Morales en un plazo de 48 horas, así como el apoyo de las fuerzas armadas.
6 Nov.- Distintas vías de comunicación bolivianas sufren bloqueos y la expresión más drástica de descontento se da en la central población de Vinto, cuya alcaldesa, del oficialista Movimiento al Socialismo (MAS), es cubierta de pintura roja y obligada a recorrer las calles en medio de insultos.
7 Nov.- Luis Fernando Camacho, dirigente del comité cívico de Santa Cruz de la Sierra, la ciudad boliviana más poblada, llega a la capital La Paz para pedirle a Morales su renuncia. Ante la reacción negativa a su presencia, la policía debe escoltarlo para que salga de la ciudad.
8 Nov.- Con el descontento en las calles de varias ciudades bolivianas, agrupaciones policiales de Sucre, San Cruz y Cochabamba se amotinan, mientras el comandante general de la Policía, Vladimir Yuri, se suma a la demanda de que Morales renuncie. El mandatario reitera que un golpe de Estado está en curso.
9 Nov.- Nuevos destacamentos policiales se suman al descontento y la exigencia de renuncia de Morales.
10 Nov.- Bolivia vive una intensa jornada política. La comisión técnica de la OEA que audita el proceso electoral difunde sus primeras conclusiones, donde señala que hubo irregularidades y sugiere la realización de nuevos comicios.
Poco después Morales anuncia la celebración de elecciones, pese a lo cual la agitación política torna en actos vandálicos que incluyen la quema de edificios públicos y casas particulares de funcionarios gubernamentales, incluido el propio presidente.
La Central Obrera Boliviana (COB), una de las más fuertes aliadas del mandatario, indica que si la renuncia de Morales ayuda a la pacificación del país, éste debe de proceder en ese sentido.
En cascada caen las renuncias de tres ministros del gabinete de Morales, el presidente del Congreso y otros funcionarios.
En la tarde, Morales, junto con el vicepresidene Álvaro García Linera, anuncian su dimisión a fin de evitar más agresiones a sus familias, propiedades y partidarios, pero con la advertencia de que seguirán en la lucha.
En horas de la noche corren versiones de que se ha librado una orden de arresto en su contra, lo cual es desmentido, pero sin conocerse el paradero del ya exmandatario.
11 Nov.- La Asamblea Legislativa Plurinacional convoca a sesión para este martes 12 a fin de debatir la renuncia de Morales que recibió este lunes, quien podría ser sustituido de manera temporal por la segunda vicepreidenta del Senado, Jeanine Añez, de acuerdo a lo fijado constitucionalmente.
Durante las protestas, en particular los días más recientes, la legisladora se destacó por su tono de exigencia de la renuncia de Morales, a quien inclusive llega a llamar «asesino».