Inició hoy el final de la era Angela Merkel luego de que fuentes de la cúpula de su partido, la Unión Demócrata Cristiana (CDU), informaron que no buscará reelegirse al frente del partido, aunque se mantendrá como canciller federal al frente del gobierno alemán.
Merkel ocupa ese puesto desde abril de 2000 y las elecciones para elegir presidente de la CDU tendrán lugar en diciembre, pero seguirá como jefa del gobierno, aunque la situación política en Alemania es tal que por el momento no se sabe si logrará completar los tres años que le quedan en el cargo.
Se trata de la consecuencia del resultado de las elecciones del estado de Hesse de la vispera, que se veían como barómetro de su gobierno, y las repercusiones se están resintiendo poco antes de lo esperado.
Fuentes de la CDU señalaron que Merkel no repetirá como líder del partido. Actualmente, la política originaria de Mecklenburg AntePomerania es líder del partido conservador y de la Gran Coalición CSU/CDU-SPD (SPD: Partido Socialdemócrata), que gobierna Alemania.
Hasta ahora nadie se ha atrevido a pedir el retiro de Merkel como canciller federal, pero pero parece que el momento se acerca: el próximo fin de semana tendrá lugar en Berlín una jornada de trabajo de la junta directiva del partido donde se podría plantear esta cuestión.
No todos los militantes veían con buenos ojos que Merkel sea tanto la líder del partido como la jefe del gobierno alemán. El vuelco negativo para ella empezó cuando se produjo la llegada masiva de refugiados en el segundo semestre de 2015.
En ese año Merkel abrió las fornteras para casi un millón de refugiados procedentes principalmente de Siria, Afganistán y otros países del Medio Oriente y Africa.
En diciembre, la CDU tiene previsto su congreso donde el tema central será cómo recuperar los puntos perdidos en las últimas elecciones regionales en Baviera y Hesse, donde llegó a ostentar 40 por ciento.
En esa cita también se presentarán las candidaturas para el liderazgo del partido. Hasta antes de este lunes, un día después de la debacle de los grandes partidos CDU y SPD en Hesse, no había duda que Merkel repetiría su postulación, si bien se sabía que posiblemente sería la última vez.
En esa región federal del oeste que tiene a Frankfurt como capital, los conservadores perdieron el domingo 11 puntos porcentuales, aunque siguen siendo la fuerza más votado y decidirán la formación del nuevo gobierno.
Hesse representa el segundo golpe a la CDU y a Merkel, tras las elecciones en el parlamento regional de Baviera el pasado 14 de octubre.
La crisis entre los dos partidos hermanos, CSU en Baviera y CDU a nivel federal, ha sido principalmente el motivo del desgaste de la popularidad de la canciller federal. Especialmente claros son los desacuerdos entre el líder del CSU, Horst Seehofer, y Merkel.
Merkel abogó desde 2015 por una política migratoria solidaria, mientras que su homólogo bávaro defendió una política restrictiva, cercana a las tesis del partido ultra conservador Alternativa para Alemania (AfD), que tras los comicios de la víspera ingresó al último parlameno regional del cual estaba ausente.
Otros temas que han desgastado a Merkel son la crisis del diésel y la destitución del ex jefe de la Oficina Federal para la Protección de la Constitución, Hans-Georg Maaßen (CDU) por errores cometidos, pero en vez de castigarlo se le ascendió, lo que fue visto por muchos electores como decisión equivocada.
Desde el 10 de abril de 2000 Merkel es la líder del CDU, y lejos han quedado los tiempos en que obtuvo 93.6 por ciento de los votos cuando fue reelegida como líder de los conservadores, el 11 de noviembre de 2002.
El 14 de marzo de 2018, Merkel fue reelecta canciller federal, su cuarto período en el poder.
El 22 de noviembre de 2005 fue elegida por el Bundestag (cámara baja parlamentaria) como canciller federal, que ha desempeñado por 13 años consecutivos.