Especialistas del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) trabajan en la restauración de la escultura de Santiago Apóstol y su caballo de madera, que datan de los siglos XVI y XIX que estaban en la parroquia de Izúcar de Matamoros, en Puebla.
El proyecto pretende devolverle el volumen a la escultura que fue aplastada por la cúpula del templo, así como una investigación antropológica e histórica sobre el significado del conjunto escultórico para la comunidad y la región.
La responsable de la intervención, Roxana Romero Castro, explicó que el “Santiaguito” se dañó durante el sismo de septiembre del año pasado, causándole fracturas, desmembramiento de sus extremidades y un grave daño por compresión; mientras que el corcel se afectó completamente.
Tras acudir a Izúcar de Matamoros, a solicitud de la comunidad para rescatar las piezas de los escombros y después valorar la gravedad de los daños, autoridades de la CNCPC acordaron con la comunidad trasladarlas a la Ciudad de México para su restauración.
Previo a la intervención, se realizaron una serie de estudios para identificar los materiales constitutivos del conjunto escultórico y establecer la metodología más adecuada para trabajar en él.
Con el fin de recuperar el volumen, se llevaron a cabo pruebas imitando la técnica original y se experimentó con proporciones y concentración de materiales.
“Debido a que la pieza está desmembrada y sus restos comprimidos, el reto mayor es recuperar su volumen y forma, conservando lo más posible la decoración”, se informó en un comunicado.
La restauradora-antropóloga Judith Katia Perdigón Castañeda encabeza un equipo de antropólogos que realiza la investigación sobre el simbolismo de la imagen religiosa, a partir de sus usuarios y costumbres, para proponer lo más adecuado, antropológica e históricamente, en la conservación y restauración del conjunto escultórico.
“Para la comunidad, no solamente es un apóstol, también es un hacedor de milagros; hablarle, tocarlo, es una parte fundamental de sus ritos y costumbres.