Ciudad de México,10 Ago (El Informador).- La entrega del Ariel 2020 a lo mejor del cine de México e Iberoamérica se llevará a cabo el próximo domingo 20 de septiembre. Entre los nominados se encuentra la tapatía Rita Basulto, directora de animación especializada en stop motion, arte y fotografía; competirá por la estatuilla en la categoría a “Mejor cortometraje de animación” con “Eclosión”.
Para Rita, el Ariel ya es un viejo conocido, pues ya ha ganado cuatro y como dice el dicho, no hay quinto malo: “Tengo tres por ‘Mejor corto de animación’ y otro por ‘Mejores efectos visuales’, por el largometraje de Rodrigo Plá ‘Desierto adentro’”, comparte en entrevista y agrega que estas estatuillas se encuentran en su estudio, “fuera del alcance mi hijo de tres años”.
En el camino por hacerse del Ariel, “Eclosión” ya ha obtenido otros reconocimientos, como el del pasado Festival Internacional de Cine de Morelia donde este trabajo fue reconocido como el “Mejor cortometraje de animación”. ¿Cuál es tu sentir ante esta nominación y todas las satisfacciones que te ha dado este material?
—“¡En efecto muy satisfactorio! Es un honor que los miembros del Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas nominen a ‘Eclosión’, para tan importante reconocimiento; a todo el equipo de producción nos parece muy gratificante”.
—¿Cómo ves a tu competencia, los otros nominados en tu categoría?
—“Bueno, hablar de competencia y comparaciones en asuntos de cine y arte me cuesta un poco, a diferencia de los Juegos Olímpicos en donde existen reglas claras de competencia, los atletas se preparan para eso y hay una tabla de los países con mayor número de medallas, por correr más rápido o saltar más alto… Aquí nos enfrentamos a otras reglas más complejas, no se trata de competir y ganar, porque la función del arte es otra, no se busca la medalla… La creación es una necesidad, una fuerza imperiosa que sólo se satisface en el proceso creativo hasta tener resultados; además, se busca conectar con las personas y generar experiencias significativas y perdurables”.
—¿Cómo nació esta historia?
—“Los procesos de creación son muy complejos y largos, una buena parte de este desarrollo se da en el subconsciente y se nutre de nuestro bagaje cultural. Luego, hay que darle sentido y estructura a esas obsesiones, preocupaciones o ideas estéticas. En este caso fue la búsqueda de un lenguaje más abstracto o experimental y la exploración de una idea muy general sobre la vida contemporánea, no se trataba de una narrativa lineal o convencional, yo quería plasmar en pantalla algunas reflexiones sobre la posmodernidad de la humanidad, la desconexión con la naturaleza y con el yo espiritual de cada individuo. Al ser conceptos tan abiertos y complejos, opté por una pieza de interpretación más libre; ‘Eclosión’ más que una historia ilustrada en animación, es una pregunta al espectador”.
—“Eclosión” presenta el nacimiento del hombre contemporáneo, una lucha entre la memoria, la razón y la conciencia, ¿cómo aterrizaste esa idea en imágenes?
—“En el momento de su concepción veníamos de hacer ‘El octavo día’, algunos de estos seres oscuros y fantásticos migraron al papel en grafito en este cortometraje; eso en cuanto a diseño de personajes, porque las soluciones narrativas y conceptuales son muy diferentes. ¿Que cómo lo aterricé? Esa respuesta me gustaría escucharla de los espectadores; como decía, se trata de una experiencia cargada de códigos abiertos, de metáforas, símbolos, figuras retóricas literalmente hablando (el pez, el subconsciente; el gusano carcome la conciencia). En ese momento no me interesaba que el cortometraje contara una historia con una claridad narrativa en la que se cerrara la posibilidad de múltiples lecturas, yo prefiero que la pieza siga su camino y encuentre eco en los espectadores para que éstos formulen sus propias interpretaciones; esa es la verdadera meta del cortometraje”.
—¿Cuánto tiempo te llevó realizar este cortometraje?
—Es muy curioso lo que ha pasado con este proyecto que estuvo varios años almacenado, justo por razones técnicas. Primero se hizo una animación tradicional de grafito sobre papel; en su momento el equipo se planteó la posibilidad de llevarla al acetato y aplicarle tinta de colores para después filmar en 35 mm (hablamos de 2005 o 2006), en ese preciso momento nos alcanzó la tecnología y se abrieron nuevas soluciones, más baratas y en teoría iban a ser más rápidas. La imagen digital estaba al alcance de todos; sin embargo, pasaron varios años y muchos proyectos. ‘Eclosión’ se fue quedando en papel hasta que finalmente encontré una posibilidad de concluirlo en 2019. Outik Animation y Polar Studio decidieron colaborar para finalizar este proyecto en una versión mixta entre lo digital y lo análogo que ya se tenía”.