La diputada federal Adriana Campos Huirache presentó a la Comisión Permanente una iniciativa para reformar el artículo 102 de la Ley General de Educación, a fin de garantizar la existencia de aire acondicionado y calefacción en cada inmueble de uso escolar público, conforme a los lineamientos que emita la Secretaría de Salud en coordinación con la Secretaría de Educación.
La integrante del Grupo Parlamentario del PRI argumentó que el cambio climático es un hecho científicamente demostrado con temperaturas extremas que afecta la salud de la población, por lo cual, subrayó, si este fenómeno es irreversible y los niños no pueden dejar de tomar clases en sus planteles, deben hacerlo siempre en condiciones que protejan su integridad.
Por ello, indicó que más allá del compromiso de las autoridades educativas por atender las necesidades prioritarias de las escuelas con infraestructura y equipamiento, el proyecto de ley que impulsa pretende que la colocación de estos sistemas en las aulas, garanticen el desarrollo seguro de los niños, que además debe incluir los espacios para la activación física, la recreación, la práctica del deporte y la educación física.
La legisladora aseguró que México cuenta con la capacidad para emprender una tarea de este tipo, sobre todo si se toma en cuenta las posibilidades en el campo de las energías renovables a partir de las cuales se puede generar la electricidad que requieren dichos sistemas.
Expuso el caso de los vecinos del Norte, Estados Unidos y Canadá, donde las escuelas no sólo cuentan con sistemas de calefacción y aire acondicionado, sino que existen políticas destinadas a mejorarlos a partir de la aparición del virus SARS – CoV – 2, responsable de la enfermedad Covid 19, así como también revitalizar los espacios donde se desenvuelven los alumnos.
Campos Huirache mencionó que la Organización Meteorológica Mundial (OMM) declaró que el pasado mes de junio fue el más caluroso jamás registrado, donde en el país varios estados superaron los 40 grados de temperatura. Resaltó que no solo el calor afecta la vida de los estudiantes, porque entre noviembre y febrero de cada año se establecen horarios escolares especiales, para prevenir enfermedades respiratorias entre los alumnos.
Con estas consideraciones, sostuvo que los profundos cambios que se están produciendo como consecuencia del cambio climático, obligan a tomas estas medidas y aunque la colocación de estos sistemas en los salones de clases implique una inversión para el Gobierno federal, no debe ser un obstáculo para priorizar la salud y el desempeño de los niños.