Desde las rodillas y en el medio de la cancha, Roger Federer soltó una volea tras otra ante Jack Sock hasta que el estadounidense finalmente falló. Federer sonrió. Se estaban divirtiendo.
Y ¿cómo no va a divertirse el suizo?
Es el mejor del mundo, a los 36 años de edad. Eso le suena extraño incluso a él.
«Estos son definitivamente momentos especiales en mi vida y mi carrera», dijo. «Mi sueño de niño era ser un día el número 1, pero no a los 36 años, Probablemente a los 25 años, si todo salía bien».
«Tuve un año difícil en el 2016 a causa de mi rodilla y me mantuve positivo, y peleé para regresar y realmente creí que podía ganar de nuevo. No pensé que iba a ser a este nivel. Ha sido increíble en los últimos 14 meses y mi equipo ha sido increíble. Estoy disfrutando cada momento que puedo seguir en el tour, porque uno nunca sabe cuándo se va a acabar».
Aunque su partido de dobles el lunes por la noche no contó oficialmente, ciertamente fue importante para los niños de África a los que Federer ayuda con su fundación.
El partido de exhibición «The Match for Africa» vendió más de 15 mil boletos para beneficiar a su fundación, que trabaja por la educación de niños en África. Al final de la noche, la fundación había recaudado otros 2.5 millones de dólares.
El match fue entretenido desde el arranque, con Federer elogiando al multimillonario Bil Gates como el compañero perfecto.
«Él conoce los números muy bien. Nunca se equivoca con los marcadores», dijo el suizo en broma. «Yo corro y Bill piensa».
Bromeando con su oponente Savannah Guthrie, de la NBC, le aconsejó: «Tienes que comenzar a mirar la pelota y dejar de mirarme».
Federer y Gates también formaron pareja el año pasado en una exhibición en Seattle.
«Este partido por África es algo extraordinario», dijo Sock.