Neymar llegó este lunes a la concentración del París SG, una semana después de que los jugadores del club retomaran los entrenamientos, en un ambiente de clara tensión y con una gran incertidumbre sobre su futuro.
El club parisino no quiso hacer ningún comentario por la mañana ni sobre el programa ni sobre ningún otro aspecto de la vuelta de la estrella brasileña, una vez que varios medios confirmaron que había aterrizado en la capital francesa, y que se le pudo ver llegar poco después al Camp de Loges.
L’Équipe afirmó que Neymar debía reunirse allí con el director deportivo, Leonardo, que la semana pasada había dejado caer la posibilidad de abrirle un procedimiento de sanción por no haberse presentado al primer día de entrenamiento, el 8 de julio.
El diario deportivo afirmó que, en los intercambios de mensajes de los últimos días, Leonardo había hecho notar al jugador que el estrecho margen económico que tiene el Barcelona en este momento hace muy difícil su fichaje por el que fue su anterior equipo este verano.
Un argumento que no sirvió para modificar la voluntad de Neymar de irse, que es lo que muchos aficionados del PSG han entendido de sus declaraciones el pasado sábado.
El club francés ha dejado la puerta abierta a Neymar para que se vaya, pero con una oferta financiera que le convenga. Y hay que recordar que cuando lo fichó en 2017, tuvo que pagar al Barcelona una cláusula de rescisión de 222 millones de euros.